El belén suele ser armado al inicio del Adviento y se mantiene en un lugar especial hasta la Fiesta del Bautismo del Señor, que en el 2025 será el 12 de enero, y con la cual concluye el Tiempo de Navidad.
En cada hogar católico ha comenzado en estos días el armado del pesebre, una tradición que comenzó San Francisco de Asís en la Navidad de 1223 en la localidad italiana de Greccio y con la cual ahora la humanidad celebra el nacimiento de Jesús.
El belén suele ser armado al inicio del Adviento y se mantiene en un lugar especial hasta la Fiesta del Bautismo del Señor, que en el 2025 será el 12 de enero, y con la cual concluye el Tiempo de Navidad.Sobre el significado general del nacimiento, el Papa Francisco afirma en su carta Admirabile signum de 2019 que esta tradición es un modo sencillo y alegre de anunciar “el misterio de la encarnación del Hijo de Dios”.
“El belén —explica el Pontífice— nos hace ver, nos hace tocar este acontecimiento único y extraordinario que ha cambiado el curso de la historia, y a partir del cual también se ordena la numeración de los años, antes y después del nacimiento de Cristo”.
A continuación, explicamos el significado de cada uno de los elementos del nacimiento:
1. La estrella
El evangelista San Mateo (2, 1-12) es quien menciona que una estrella guio a los magos a Belén. “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle”, es la pregunta que le hacen a Herodes. El Papa Francisco explica que la estrella es “la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor”.
2. El pesebre
En su evangelio, Lucas (2, 7) narra que, al dar a luz a su hijo, María “lo envolvió en pañales y lo recostó en su pesebre porque no había sitio para ellos en la posada”. De esta manera, el Hijo de Dios encontró sitio “donde los animales van a comer” y el heno fue su primer lecho. El Papa explica que el pesebre se convierte en una invitación a sentir y tocar “la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación”, así como a seguirlo “en el camino de la humildad, de la pobreza, del despojo, que desde la gruta de Belén conduce hasta la Cruz”.
3. La Virgen María
La figura de la Virgen María nos recuerda la obediencia y la entrega total a la voluntad de Dios. Recordemos que con su sí, aceptó ser la madre del Hijo de Dios. Así, en el pesebre es la madre “que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo”.
4. San José
Al padre adoptivo de Jesús se le suele representar con el bastón en la mano o sosteniendo una lámpara. Como dice el Papa Francisco, “San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María”, es el custodio “que nunca se cansa de proteger a su familia” y es quien lleva “en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y a María su esposa, y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica”.
5. El Niño Jesús
La figura central del pesebre es la del Niño Jesús. Esta nos recuerda que Dios quiso irrumpir en la historia a través de la fragilidad de un niño y desde ahí “revelar la grandeza de su amor”, como enseña el Papa Francisco.
Por su parte, Juan, en su primera carta (capítulo 1, 2) asegura que con el nacimiento de Cristo “la vida se hizo visible”, una afirmación con la que el apóstol “resume el misterio de la encarnación”, afirma el Papa.
6. Los pastores
Los pastores fueron los primeros en llegar a la gruta donde había nacido el Niño Jesús. Lucas relata en su evangelio (2, 15) que tras escuchar el anuncio del ángel, los pastores dicen: “Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado”. El Papa Francisco nos explica que ellos representan a “los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación”.
7. Los Reyes Magos
Las figuras de los Reyes Magos —que la tradición ha bautizado como Melchor, Gaspar y Baltazar— toman relevancia en la fiesta de la Epifanía. Mateo relata que al ver al Niño con la Virgen se postraron, lo adoraron y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Ellos no son del pueblo elegido, sino que representan a los otros pueblos que están invitados también a ponerse en camino para encontrarse con el Señor.
8. Los animales
Como ha explicado Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret, si bien los evangelios no hablan de la presencia de animales, la tradición cristiana ha colocado al buey y al asno “como representantes de la humanidad”, basándose en los textos de Isaías 1, 3; Habacuc 3, 2; y Éxodo 25, 18-20; y en el significado del pesebre.
“En sí misma despojada de entendimiento, ante el Niño, ante la humilde aparición de Dios en el establo, esta humanidad llega al conocimiento y, en la pobreza de este nacimiento, recibe la epifanía que ahora enseña a todos a ver. La iconografía cristiana ha acogido este motivo desde muy temprano. En ninguna representación del pesebre se renunciará al buey y al asno”, escribió Benedicto XVI.
9. Oración para bendecir el pesebre
En el Bendicional se invita a las familias a realizar un breve rito de bendición del pesebre con el fin de dar “más sentido religioso” a esta tradición. Dentro del rito se propone recitar cualquiera de las siguientes dos oraciones:
Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la comunidad cristiana que está aquí presente para que las imágenes de este Belén ayuden a profundizar en la fe a los adultos y a los niños. Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
ACI Prensa
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