El Arzobispo de Barcelona (España), Cardenal Juan José Omella, explicó en su carta pastoral que el “verdadero milagro” que se produce en el Santuario de Lourdes, a donde acuden numerosos enfermos a pedir la salud, es vivir “una experiencia transformadora” al acercarse a la Virgen.
El próximo 28 junio un gran número de peregrinos de la Archidiócesis de Barcelona peregrinarán al Santuario de Lourdes (Francia), una experiencia que el Cardenal Omella calificó de “maravillosa” y que cada uno “vive y goza de manera diferente”.
En su carta recordó que el centro de Lourdes es la gruta de la Virgen, “un lugar de oración, de silencio y de reflexión”, donde en 1858 María se apareció y habló a Bernardita, una muchacha pobre y sencilla.
“La Virgen habla a todos los peregrinos. Lo hace en el fondo del corazón. La fe, la esperanza y el amor son manifestaciones muy claras de todos los peregrinos que se reúnen en Lourdes. Y este testimonio de vida cristiana habla, interpela y hace presente a Dios, que es amor”, afirmó el Arzobispo de Barcelona.
El Cardenal señaló que en Lourdes se producen curaciones, ya que “muchísimos enfermos van allí con este deseo y con mucha fe. Pero muchos de ellos, cuando se encuentran ante la gruta de la Virgen y se llenan de las vivencias espirituales que se experimentan en el santuario, ya no piden la curación, sino saber aceptar su enfermedad y unirla a la cruz de Cristo, o bien rezan por la curación de los demás”.
Una situación que se refleja en una de las esculturas de los jardines del santuario en donde se puede leer: “Es más importante reencontrar la fe que reencontrar la vista”, algo que el Cardenal calificó como “el auténtico milagro, que suele ser muy frecuente en Lourdes”.
“Acercarse a los pies de la Virgen es una experiencia que nos transforma”, y hacerlo a través de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes es todavía más gratificante, “porque es una peregrinación que hermana a peregrinos, voluntarios y enfermos”, aseguró.
“Cuando acompañamos y servimos a nuestros hermanos enfermos, la visita a Lourdes adquiere un sentido mucho más pleno”, precisó el Purpurado, porque “los enfermos son un signo de la presencia viva de Jesucristo entre nosotros” y “nos ayudan a descubrir el sentido auténtico de la vida”.
En las peregrinaciones diocesanas a Lourdes participan numeroso jóvenes, “son unos días intensos de trabajo, de oración y de fraternidad, pero especialmente de alegría interior”.
Además Lourdes ofrece otro “don” a los peregrinos, que es “la vivencia de la catolicidad del pueblo de Dios”, porque “en el santuario se encuentran cristianos de los cinco continentes, unidos a los pies de la Madre en una misma fe, esperanza y caridad”.
Allí, “las culturas y las lenguas se hermanan en la celebración de una misma fe. Y todos escuchan el mismo lema, que este año es el mensaje de María: ‘Haced lo que Él os diga’”, recuerda.
ACI Prensa