Lo hace en un manifiesto firmado por otros expresidentes hispanos, como Álvaro Uribe o Enrique Bolaños
Los jóvenes sirio-católicos dan testimonio: “Seguimos en Alepo. Somos fuertes en la fe a pesar de todo”
Cáritas Japón redobla sus esfuerzos ante la ola de calor que se suma a las inundaciones
Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) emitió el pasado lunes 23 de julio un comunicado en el que denuncia “las violaciones graves, sistemáticas y generalizadas de derechos humanos que sufren los pueblos de Nicaragua y de Venezuela”, que califican de “crímenes de trascendencia internacional”. El documento lleva las firmas de un buen número de expresidentes de países americanos, como son Andrés Pastrana u Óscar Arias, y por parte de España está respaldado por José María Aznar. También destaca el apoyo de Enrique Bolaños, predecesor de Daniel Ortega al frente de Nicaragua o el colombiano Álvaro Uribe.
Según informa La Verdad, el documento no se limita a denunciar las situaciones, sino que además expresa una gran preocupación por “el silencio, la celosa prudencia, o el giro de comportamiento de algunos actores fundamentales de la opinión mundial, como el Estado Vaticano y ahora el Gobierno de España, ante las atrocidades que hoy ocurren en América Latina a manos de gobiernos abiertamente dictatoriales”.
De España, denuncian que a pesar de haber aconsejado a los ciudadanos que no viajen al país “casi en guerra civil”, aconseja el diálogo como principal línea de resolución y apoyó la semana pasada en la ONU la reforma de la ley electoral de la OEA para resolver la situación, algo que desde IDEA juzgan insuficiente. En cuanto al Vaticano, les apena que a pesar de los ataques recibidos por la Iglesia en la nación continúen intentando un diálogo que ya parece perdido. En resumen, creen que “ningún Gobierno” puede valerse de “la soberanía y la no intervención” para proteger las violaciones de los derechos humanos que se están produciendo.
Sirio-católicos en Alepo: fe entre obuses
El monasterio de Nuestra Señora de la Luz del Líbano ha acogido del 17 al 22 de julio el primer encuentro de jóvenes sirio-católicos como parte de una iniciativa del Patriarca sirio Ignace Youssif III Younan, que ha servido para cohesionar un poco más a esta iglesia oriental así como para celebrar juntos su cultura y tradiciones, de forma que a pesar de los conflictos que azotan Oriente Medio, donde está radicada esta Iglesia, los sirio-católicos no olviden sus raíces.
20 de los jóvenes entre 18 y 35 años que asistieron son de Alepo, una de las zonas más castigadas durante la guerra de Siria. CRUX recoge el testimonio de Fawzy Basily, de 26, quien afirma que “queremos que todo el mundo sepa que los cristianos seguimos en Alepo. Somos fuertes en la fe a pesar de todo por lo que hemos pasado, y seguiremos siéndolo“.
Basily relata un episodio especialmente sobrecogedor acontecido en 2014, un año en el que “caían obuses por todos lados, había bombas y explosiones por doquier“. Durante un bombardeo se refugió junto a otras 100 personas en la parroquia de la Anunciación y un misil cayó dentro: “No hubo ni un solo herido. Sabemos que Nuestra Señora nos protegió”. Y es que a pesar de todas las penurias que pasan los cristianos sirios, impresiona la fe de gente como Fawzy, quien explica que “nunca nos rendimos ni abandonamos nuestra Iglesia. Esto ha fortalecido los cimientos de nuestra fe”.
Japón lucha contra el agua y el calor
Tras las graves inundaciones que asolaron el suroeste de Japón a principios de julio, la delegación nacional de Cáritas, que depende directamente de la Conferencia Episcopal nipona, se ha visto sobrepasada en la atención a los supervivientes, por lo que está pidiendo voluntarios que ayuden a la organización a asistir a los damnificados. Mientras tanto, según informa FIDES, una ola de calor se está extendiendo por todo el país, que roza los 40 grados centígrados, algo insólito en las islas, y ha dejado por ahora más de 2.000 personas hospitalizadas.
Este calor también dificulta enormemente las labores de retiro de escombros de las zonas afectadas por las inundaciones, labores que ya conllevaban un gran esfuerzo por el estado de ruina de la región. Lejos de amilanarse, la diócesis de Hiroshima, una de las más afectadas, ha habilitado un edificio para recibir y acomodar a los voluntarios y ha iniciado una campaña en todo el país de recogida de fondos para la reconstrucción de la zona apoyada por Cáritas Japón.
Otra diócesis golpeada por las inundaciones y el calor, la de Takamatsu –cuyo vicario es un español– alienta a los jóvenes de las parroquias a participar en el trabajo de los voluntarios, mientras el Gobierno habilita aire acondicionado en edificios públicos para que las más de 100.000 familias gravemente afectadas por alguna de las dos circunstancias puedan refugiarse del calor insoportable.
Vida Nueva