Santa Teresa de Calcuta: Defensora de la vida

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Nació el 26 de agosto de 1910

La madre Teresa de Calcuta (Agnes Gonxha Bojaxhiu), nacía un día como hoy pero de 1910 en Skopje, pueblo Albanés que había formado parte de la antigua Yugoslavia y que en ese momento estaba bajo dominio turco (hoy capital de la Ex-República Yugoslava de Macedonia)

Defender la vida más allá de la tierra

Elegir un nombre propio es el primer paso para iniciar una vida nueva. Cuando una persona decide ser autora de su propia identidad abandona el nombre impuesto por la historia o la costumbre y se apropia de uno nuevo. El 26 de agosto de 1910 nació Agnes Gonxha Bojaxhiu en Albania. A los 18 años determinó entregar toda su vida a la vocación de misionera y acompañante espiritual de los más necesitados y tomó el nombre de hermana María Teresa, en honor a santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden de las Carmelitas Descalzas.

Al principio de su carrera religiosa la madre Teresa se sumó a las Hermanas de Loreto, en Irlanda. Casi a los tres años de haberse unido a la orden, la religiosa fue enviada a una misión en Calcuta, India. A partir de 1937, tras haber concluido los votos totales, fue nombrada madre de la congregación.

Durante un viaje realizado en 1946, Teresa recibió un llamado divino que la inspiró a formar una comunidad religiosa llamada Misioneras de la Caridad. En varias visiones le fue revelado como objetivo principal el trabajo con los pobres más pobres. Dos años después del suceso que marcó su vida, ataviada con un sencillo habito, compuesto de un sari blanco con unas cuantas líneas azules, creó una orden religiosa en atención a sus convicciones.

En 1950 la nueva congregación se estableció de manera oficial en la arquidiócesis de Calcuta. En los años siguientes, con autorización expresa del Papa, fundó varios centros en Venezuela, Roma y Tanzania. Un tiempo después, hubo una casa de las Misioneras de la Caridad en rincones de los cinco continentes.

Como resultado de sus trabajos de caridad, altruismo, ayuda a los enfermos y soporte para los más necesitados, la Madre Teresa de Calcuta recibió el Nobel de la Paz en 1979. En su discurso de recibimiento del premio hay testimonio duradero de la parte central de su ideología: su innegable fe católica, su visión apolítica de la pobreza y, quizás el aspecto más polémico de su pensamiento, su rechazo tenaz contra el aborto.

Y siento una cosa que quiero compartir con todos ustedes, el factor de mayor destrucción de la paz hoy es el llanto de inocentes niños que aún no nacen. Si una madre puede asesinar a su propio hijo en su vientre, ¿qué nos detiene de matarnos los unos a los otros? Incluso en las Escrituras está dicho: aun cuando una madre pueda olvidar a su pequeño, yo no te olvidaré a ti: te llevo grabado en la palma de mi mano (Discurso de recepción del premio Nobel).

La madre Teresa dedicó su vida al trabajo humanitario. Lo que empezó de forma modesta, con la creación de un hogar para moribundos en Calcuta, pronto se convirtió en una oleada de centros sanitarios en distintas partes de la India. Su labor llegaría a extenderse a nivel internacional y, en los años setenta y ochenta, ampliaría sus esfuerzos a países comunistas, latinoamericanos y africanos.

Las Misioneras de la Caridad se habían convertido en una organización no gubernamental (ONG) presente en todo el mundo. En los años noventa ya operaban en 517 misiones en un centenar de países y varios estados reconocieron la gran labor de Teresa de Calcuta: en la India recibió el más alto galardón civil, el Bharat Ratna, premio que han recibido otras personalidades como Nelson Mandela. En Estados Unidos se le otorgó la Ciudadanía Honoraria y en Reino Unido, la Orden de Mérito. La lista de premios fue aumentando con los años hasta que, en 1979, se le otorgó el galardón más destacado: el Premio Nobel de la Paz “al trabajo emprendido en la lucha para superar la pobreza y angustia, lo cual constituye una amenaza para la paz”.

El papa Francisco, 19 años después de su fallecimiento, canonizó a la madre Teresa de Calcuta, de quien destacó que se hizo oír ante los poderosos culpables de crear la pobreza, en una ceremonia en la Plaza de San Pedro a la que asistieron más de 100.000 personas.

De Madre a Santa. Francisco reconoció que será difícil llamarla “santa Teresa” porque “su santidad fue tan cercana a nosotros, tan tierna y espontánea que se le seguirá llamando madre, madre Teresa”. El papa elogió durante la homilía de la canonización la labor de la madre Teresa “en defensa de la vida humana”, desde aquellos no nacidos a los descartados.

Sus logros. El Papa destacó que durante toda su vida estuvo “a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada”. Además valoró de la monja premio nobel de la Paz en 1979 su lucha contra el aborto y cómo siempre aseguraba que “el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre”. “Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado”, agregó.

El proceso. La madre Teresa de Calcuta se convirtió así en santa 19 años después de su muerte, el 5 de septiembre, y tras un rápido proceso de canonización ya que fue proclamada beata el 19 de octubre de 2003 en otra ceremonia multitudinaria en el Vaticano. Para el proceso para se necesitaron dos milagros aprobados, uno para la beatificación y otro para la canonización. Estos han sido la “curación inexplicable” de una mujer india de religión animista, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998, y del brasileño Marcilio Andrino, que se curó de una grave infección cerebral en 2008.

La Madre Teresa de Calcuta falleció de un ataque cardíaco el 5 de septiembre de 1997, en la ciudad que había adoptado como su patria: Calcuta.

El proceso de beatificación se inició inmediatamente después de su fallecimiento, y culminó cuando el 19 de octubre de 2003, el papa Juan Pablo II la declaró beata. El proceso tuvo su punto culminante el 18 de diciembre de 2015, cuando el papa Francisco la declaró santa.

El 19 de octubre de 2003, el papa Juan Pablo II la declaró beata
El 18 de diciembre de 2015, cuando el papa Francisco la declaró santa