Durante el año 2009 se hicieron sorprendentes hallazgos en la imagen de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, con ocasión de los trabajos de restauración, según informó en su momento a la agencia Zenit.
Los descubrimientos recuerdan a los hechos ocurridos en la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe, en México, patrona de las Américas.
Las informaciones fueron dadas a conocer al público en rueda de prensa en la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), el 3 de septiembre de este año.
La imagen de Nuestra Señora de Coromoto está ligada a los primeros tiempos de la evangelización del país.
Los hechos asociados a su origen hablan también directamente a cada país latinoamericano.
La tradición religiosa
Entre finales de 1651 e inicios de 1652, una Bella Señora se apareció al cacique de la tribu Coromoto y a su mujer.
La Señora, envuelta en luz, dijo en su lengua: “Vayan a casa de los blancos, para que ellos derramen agua en sus cabezas y así puedan ir al Cielo”.
La tribu obedeció: abandonó la selva, recibió la catequesis, y un gran número de indios pidió el sacramento del Bautismo, haciéndose católicos.
Sin embargo, las tendencias desordenadas del cacique pugnaban por hacerle volver a la vida salvaje.
Los instintos descontrolados le llevaron a creer que perdería la libertad.
Concibió, entonces, la idea de huir a la selva y hundirse de nuevo en los vicios del paganismo.
Cuando estaba a punto de cometer ese desvariado proyecto, en la madrugada del 8 de septiembre de 1652, la Bella Señora volvió a aparecérsele a él y a su mujer, además de a su cuñada Isabel y a un hijo de esta.
El cacique, cegado por la barbarie, le pidió que le dejase en paz.
Le dijo que no la obedecería más.
Nuestra Señora, entonces, entró en la choza sonriendo a los indios.
El cacique furioso tomó un arco y flechas para matar a Nuestra Señora. Pero ella se fue acercando y las armas cayeron de las manos del salvaje.
El cacique no desistió. Tomó a la luminosa Señora por el brazo para empujarla fuera de la choza. En ese momento se produjo el milagro.
La brillante Señora desapareció dejando en la mano del jefe de la tribu su diminuta imagen.
El cacique Coromoto quedó con el puño cerrado, diciendo que la había agarrado.
Enorme fue su espanto cuando, por fin, abriendo la mano, encontró una pequeña imagen de Nuestra Señora Coronada llevando al Niño Jesús, tal como había aparecido.
En ese instante comenzó una gran historia de favores y milagros, de devoción y expansión de la fe en Venezuela. En 1942 la Virgen de Coromoto fue proclamada Patrona del país.
Su fiesta se conmemora en la misma fecha de la última aparición al cacique: el 8 de septiembre que es también el día de la Natividad de Nuestra Señora.
El análisis científico
La imagen es mínima: mide sólo 2,5 cm de altura por 2 cm de largo. Después de 357 años de la aparición nunca fue objeto de ningún análisis ni restauración.
Estaba sometida a todos los factores de deterioro y de acción del tiempo y descuido.
La fundación venezolana María Camino a Jesús, con sede en Maracaibo, promovió a partir de 2002 una campaña para restaurar la sagrada imagen.
El rector del Santuario de Coromoto, monseñor José Manuel Brito, aprobó el proyecto y al equipo de especialistas que trabajó en la restauración.
Se instaló un laboratorio especial junto al Santuario.
Los restauradores Pablo Enrique González y Nancy Jiménez estuvieron a cargo de un equipo de trabajo compuesto por 14 especialistas.
La supervisión la llevaron a cabo José Luis Matheus, director de la Fundación Zuliana (del Estado de Zulia) y monseñor José Manuel Brito. Trabajaron del 9 al 15 de marzo de 2009.
Se preveía que la restauración durara meses, pues la imagen estaba pegada a la lupa instalada ante ella para verla mejor. Sin embargo, todo fue mucho más rápido y mejor de lo imaginado.
A lo largo del proceso se descubrieron elementos desconocidos.
El agua empleada en el tratamiento salía sin bacterias y con un pH neutro, algo inexplicable para los científicos.
La imagen, según Matheus, se mantiene consistente, nítida y exhibe suaves relieves. “La tinta se encuentra por encima del algodón prensado y de textura rugosa”.
El trono de la Virgen aparece claramente instalado dentro de una construcción de choza típica de los indios.
Se detectaron también otros símbolos que, según el antropólogo Nemesio Montiel, tienen origen indígena, como la propia corona de la Sagrada Imagen.
Al microscopio fue posible identificar los ojos de la Virgen. Miden aproximadamente 0,2 milímetros, sin embargo se puede distinguir el dibujo del iris.
El hecho desconcertó a los especialistas, pues creían que los ojos eran simples puntos.
Aún más, estudiando el ojo izquierdo a través del microscopio pudieron distinguir un ojo con características humanas.
En él, los especialistas diferenciaron con claridad la órbita ocular, el conducto lacrimal, el iris y un pequeño punto de luz.
Pero, la sorpresa no había hecho mas que empezar.
Maximizando el punto de luz, los especialistas creyeron detectar una figura humana que se asemeja mucho a la de un indígena.
La imagen está hecha de una especie de compensado de algodón, material que humanamente no se entiende que se mantenga intacto tras más de tres siglos y medio de exposición.
Hasta en este aspecto sin explicación, la imagen de Nuestra Señora de Coromoto se asemeja a la de Nuestra Señora de Guadalupe.
Aleteia