Prepara Familia y Cecodap ratifican ante la CIDH que en el “J.M de los Ríos” los niños sufren contaminación con bacterias intrahospitalarias; y corren el riesgo de fallecer por la falta de medicamentos
El hospital “J. M. de los Ríos” de Caracas es el epicentro de la crisis humanitaria que azota a Venezuela, especialmente en la afectación de la salud en los niños. Sobre este centro médico pesa una decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que el 21 de febrero de 2018 emitió un conjunto de medida cautelares a favor de los pacientes del servicio de nefrología, exigiéndole al Gobierno de Nicolás Maduro adoptar medidas inmediatas para protegerles la vida y la salud de los niños.
Pese a ello, el incumplimiento de las medidas se ha convertido en una pesada carga y motivo de lucha para los niños y sus familiares; también para las organizaciones no gubernamentales. Estas últimas alertan del peligro que corren 110 pacientes infantiles -50 oncológicos y 60 hematológicos- debido a la falta de medicinas e insumos, de alimentación adecuada, de médicos y personal de salud; y por la contaminación con bacterias que no son atacadas convenientemente en el área de nefrología.
¿Riesgo de contaminación masiva?
“Los niños corren grave peligro debido a la contaminación por diferentes bacterias intrahospitalarias”, debido a la falta de mantenimiento en la planta de osmosis y la planta de suministro de agua, pero además, debido a la carencia de los antibióticos adecuados.
“Son siete niños que están contaminados”, ratificó este 23 de octubre, Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, al hablar con Aleteia.
“Cuando no tenemos un suministro regular de antibióticos es muy grave para un hospital”, explicó, precisando que en este caso del área de nefrología “son niños que tienen los catéteres y entonces pueden contaminarse de cualquier bacteria”. “Aunque no es un brote de contaminación como el año pasado, sí existen 7 casos de niños con bacterias distintas, como consecuencia de la irregularidad en el suministro de antibióticos que si hay un día al otro no se consiguen producto de la crisis”, explicó.
Martínez, junto a Carlos Trapani, coordinador nacional de Cecodap (Centros Comunitarios de Aprendizaje por los Derechos de la Niñez y Adolescencia), presentó el 2 de octubre, un informe completo ante la CIDH denunciando los riesgos que padecen los pacientes del “JM de Los Ríos” debido al incumplimiento de las medidas cautelares.
Las ONGs hicieron la misma denuncia de estos siete niños contaminados con bacterias intrahospitalarias en el servicio de nefrología del “JM de los Ríos”, debido a la falta de “suministro regular de antibióticos”; y porque la planta de osmosis que debería recibir un mantenimiento cada tres meses pero el del mes de agosto, no lo ha recibido.
“Esto ocurre ante la mirada indiferente de un régimen que no le importa la vida de sus ciudadanos, sino el de mantenerse en el poder como sea”, dijo la abogada.
Otras de las fallas evidenciadas, son el suministro irregular de catéteres, y al respecto dijo que los niños del servicio de nefrología necesitan contar con variedad de numeraciones de catéteres según la edad de cada infante. La directora de Prepara Familia criticó el suministro irregular de vacunas con riesgo de contagio de los pequeños con enfermedades inmuno prevenibles como sarampión, difteria, tosferina.
Comentó que en la unidad de hemodiálisis que posee 15 máquinas, únicamente funcionan 10, irregularidad que obliga a muchos menores dializarse en otros centros tres veces a la semana. “Todavía permanece suspendido el Programa de Procura de Trasplantes desde el 1 de junio de 2017, es decir, el pasado 1 de octubre se cumplieron 16 meses de su negación”, acotó la defensora de los derechos humanos.
No reciben alimentación adecuada
Martínez afirmó que los niños no reciben una alimentación adecuada en calidad, cantidad y diversidad necesaria, de acuerdo a su condición de salud. “Desde finales de agosto los pequeños sólo comen una arepa sola en el desayuno sin relleno; arroz blanco sólo en el almuerzo y cena sin proteínas”. Además, “desde finales de 2017, los bebés no reciben suministro de fórmulas lácteas, ni suplementos nutricionales”.
Recordó que el 5 de abril de este año, el ministerio de salud suspendió el programa de alimentación a las madres y mujeres cuidadoras de los niños hospitalizados que se otorgaba desde agosto de 2017, y también a los médicos residentes que se suministraba desde marzo de 2018.
Insistió en la falta de reactivos para realizar las pruebas de serología a la sangre lo cual dificulta las cirugías y descartar la presencia de enfermedades como el VIH, o hepatitis C, especialmente en las donaciones de sangre.
La salud en la diáspora. La abogada mencionó que el personal de la salud también es parte de la diáspora venezolana. Señaló que esta situación ha afectado el área de hospitalización de Nefrología en el JM de los Ríos, que tiene capacidad actualmente para 10 pacientes. “Sólo se atienden 5 niños porque no hay suficiente personal médico especializado. Se requieren 6 residentes para atender 10 cupos, y actualmente sólo hay 2 especialistas y 2 residentes, y 20 cupos para la hemodiálisis”, denunció.
No obstante la realidad, la activista de los derechos humanos expresó su esperanza y deseo de continuar “vigilantes del cumplimiento de los compromisos acordados, y de las medidas otorgadas”. Para ello motiva a los familiares de los pacientes “a no desmayar en la lucha por los derechos de la salud de sus hijos”.
El agravamiento de la salud en pacientes del hospital “J.M. de los Ríos” conllevó a que Prepara Familia y Cecodap, solicitaran la extensión de las medidas cautelares hacia 13 de los 36 servicios médicos: cardiología, hematología, medicina II y III, anatomía patológica, centro lactancia, consulta externa y triaje; neurocirugía, servicio pediátrico integral, nutrición, medicina del adolescente y neurología.
Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela