Los Misioneros Católicos proveen ayuda a los migrantes en México

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La Misión de los Oblatos de María Inmaculada en La Morita, Tijuana, México

Con cerca de seis mil centroamericanos ahora en Tijuana, México, la comunidad en general se organiza para proveer necesidades básicas y un plan a largo plazo

La gente que vive alrededor de Tijuana, México, está lidiando con una afluencia de migrantes sin precedentes. El número de migrantes centroamericanos que se encuentran ahora en el refugio se estima en seis mil. El P. Jesse Esqueda, Oblato de María Inmaculada de la Provincia de los Estados Unidos, dirige la Misión Oblata cerca de La Morita, en las afueras de Tijuana. En una entrevista con Vatican News, explica los servicios particulares que los Oblatos y la comunidad en general están proporcionando.

La misión oblata

Desde hace tres semanas, los Oblatos cubren las necesidades básicas a un grupo de 18 migrantes en su Centro Juvenil. “Hemos proporcionado refugio, comida, ropa, abogados -para que cada uno pueda ver si tienen un caso de asilo o incluso si buscan residencia en México- y luego trabajo”, dijo el P. Esqueda. El martes, los Oblatos encontraron cuatro lugares para alquilar. “Pensamos que era mejor para ellos ser un poco más independientes”, dijo el sacerdote. También les han encontrado trabajo para poder pagar el alquiler. “Todavía les estamos proporcionando alimentos y cualquier otro tipo de necesidades que tengan”, dijo.

El P. Esqueda expresó que Caridades Católicas está organizando la recolección de suministros para el campamento, proporcionando refugio para el resto de los cerca de seis mil migrantes centroamericanos. Mucha gente en el área de Tijuana está dejando mantas, agua y comida allí.

“Sin embargo, con cerca de seis mil personas es difícil para muchos de ellos hacer cola durante horas para conseguir comida. Así que, muchas personas por su cuenta están cocinando una comida y luego van y abren su coche y desde su coche distribuyen comida. Ya lo hemos hecho. El otro día preparamos cien comidas y las repartimos. Así que la gente hace cola y les damos un plato caliente de comida”.

El corto plazo se convierte en largo plazo

El P. Esqueda describió la situación general como “incómoda”. Los miles de personas necesitan “duchas, baños, comida”, señaló. “Eso va a ser un problema.” En estos momentos, la energía de todos se centra en atender la “situación de emergencia” que puede llegar a ser “a más largo plazo”, explicó el sacerdote. Algunos están empezando a planificar la situación a largo plazo, incluyendo la educación de los niños.

Los Oblatos ya están empezando a dar clases de inglés y de otros idiomas a los niños en su clínica. Habiendo encontrado ya alojamiento y ocupación para el grupo con el que trabajan más estrechamente, el P. Esqueda espera que puedan compartir con otros grupos lo que han encontrado que funciona bien – “o quizás hacer eso con otro grupo”, añadió.

Vatican News