Al analizar el 2018, con la mirada puesta en la niñez, la directora de Cáritas llama a sumar esfuerzos para mejorar el presente y futuro cercano de todos los venezolanos
Nuevos hallazgos encuentra la Iglesia católica en cuanto a la niñez venezolana: los efectos de la crisis muestran daños irreversibles, pero por medio de Cáritas hacen esfuerzos para detenerlos y revertirlos, convencidos de que contarán en 2019 con una especial ayuda divina.
Consultada con respecto a la desnutrición infantil, la directora de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez explicó en entrevista exclusiva con Aleteia que “hay indicadores que sólo se ven cuando llevas (más de) dos años midiendo. Y empezamos a ver que los niños salen bien en la curva, pero cuando le preguntas la edad, descubres que tienen desnutrición crónica”.
Se trata de infantes que “no se murieron por la desnutrición aguda, pero que quedaron con traumas y consecuencias irreversibles”. La institución social de la Iglesia pone su mirada en 2019 con el objetivo de cambiar esta realidad.
-¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo?
-Son niños que van a mantenerse vivos, pero muy probablemente se van a enfermar con cualquier cosa. Van a desertar fácilmente y no durarán en las escuelas. Porque si les viene una difteria, se mueren; un paludismo, se mueren.
-¿Es evitable?
Ciertamente trabajamos a diario para revertirlo. Necesitamos sumar mayores esfuerzos.
-Muchos venezolanos están recibiendo ayudas de sus familiares que partieron a otros países. ¿Cuál es el impacto de esas remesas?
-Antes significaba algo y ahorita no tanto. Pues ahora con la devaluación la remesa ya no es un monto especial sino algo normal. Se necesitan 500 dólares para un mercado, mientras que en enero de este año se necesitaban 100.
-Y sin embargo es un esfuerzo grande para muchos enviar algunos dólares a su familia…
-Sí. Para mandar 10 a 50 dólares la gente tiene que pasar muchísimo trabajo.
¿Qué planes y proyectos tiene Cáritas para 2019?
-¿Qué vamos a hacer en 2019? Enfocarnos aún más en alimentación y salud, lo que incluye atención al agua y la higiene.
¿Cómo resumiría lo más difícil de 2018?
-El panorama que están pasando los técnicos: empiezan a pedirnos más urnas y en eso no quisiéramos que fuese algo en lo que tengamos que trabajar nosotros. Sería muy doloroso que Cáritas tenga que abrir eso, era algo coyuntural para brindar atención a un pobre. Pero a nuestros teléfonos llaman cada vez más para pedir urnas y no quisiéramos abrir un programa para eso, para urnas.
-¿Sirve realmente la ayuda internacional para frenar la desnutrición infantil?
-La cooperación internacional por sí sola logrará mantener los niveles. Pero los índices de desnutrición infantil en 12% y 13% son complicados. Nuestros niños se están quedando atrás.
-¿Qué cambios o patrones están notando con los indicadores tras dos años de mediciones en campo?
-Por primera vez vemos desnutrición crónica: es aguda, pero con la edad se nota que (son niños que) están bajitos. Son pequeños si los comparas con su peso y edad, por lo que se puede concluir que ya el niño se quedó desnutrido y ahora es crónico.
¿Los daños? Logró no morirse, pero presenta un daño irreversible en cuanto a la relación altura y edad. Eso sólo se ve cuando llevas dos años midiendo. Empezamos a ver que salen bien en la curva, pero cuando le preguntas su edad confirmas que tiene desnutrición crónica. Ciertamente no se murieron por la desnutrición aguda, pero quedaron con traumas y consecuencias irreversibles.
-¿Tienen mediciones precisas al respecto?
No se ha logrado medir cuántos. Lo empezamos a ver entre los de 4 y 5 años. Habría que medir entre 7 y 8 años. Los niños que ya pasaron por la desnutrición se fueron quedando chiquiticos.
Notamos algunos casos de niños y encendimos las alertas, porque según se pesa y mide no te da un indicador de desnutrición y lo pasas. Cuando calculas con la edad, comenzamos a incorporar una gráfica que nos permita medir. Sin embargo, necesitamos aún más tiempo y más data. Siempre estamos pendientes.
-Dios también es Niño, especialmente en esta fecha… ¿Qué le pide al “Niño Dios”?
-Su nacimiento siempre nos va a traer cosas buenas… Al Niño Dios le pido como Iglesia que, aunque todo el mundo te dice que te vayas, queremos sentir que vamos a celebrar el nacimiento del Niño Dios; y eso significa que pueden abrirse esperanzas, incluso hacia el corazón de los que nos mandan. Queremos creer que la ambición puede bajarle dos y subirle dos en ayudar a la gente.
¿Qué es lo más difícil de superar en Venezuela?
-Hay odios muy grandes en Venezuela. Pero hay que tocar los corazones, y Dios puede hacerlo. Si no creemos que por voluntad de Él, la gente puede cambiar; ¡entonces no podemos llamarnos gente de Iglesia!
Carlos Zapata/Aleteia Venezuela