Iglesia Católica en Tucupita pide al mundo ayudar a garantizar los Derechos Humanos en Venezuela

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Monseñor José Romero, Vicario Apostólico de Tucupita

En un contundente mensaje del Vicariato Apostólico se denuncia el “mar de deterioro que no solo violenta los derechos humanos, sino el concepto de lo humano”. Señala el pastor de la Iglesia Católica que “hay un colapso total de todo aquello que permite vivir con calidad”.

El obispo del Vicariato Apostólico de Tucupita, monseñor Ernesto Romero se mostró preocupado y alarmado por los últimos acontecimientos suscitados en amplias zonas del territorio nacional “a causa de la interrupción del servicio eléctrico, causando sobresalto, sufrimiento, angustia e inseguridad al pueblo a quien servimos desde el Evangelio”.

Dijo que como a Jesús de Nazaret, “también hoy se nos conmueven las entrañas a compasión viendo la indefensión y la tragedia de tantas hermanas y tantos hermanos nuestros a quienes acompañamos y confortamos según nuestras posibilidades”.

Por medio de un comunicado de la Iglesia Católica en la entidad enviado a la redacción de Reporte Católico Laico, señaló que están experimentando “situaciones muy trágicas, que van más allá de un juego político, situación que va desgastando al ser humano en lo social, en lo anímico, en lo mental, en lo moral y en lo espiritual”.

Lamentó que la merma de la crisis nacional “nos ha sumergido en un mar de deterioro que no solo violenta los derechos humanos, sino el concepto de lo humano. Hay un colapso total de todo aquello que permite vivir con calidad: los servicios públicos no funcionan, las instituciones están secuestradas, la corrupción reina descaradamente, no hay control social de los planes administrativos, etc.”

“Todo son promesas que se transforman en retórica política mientras el pueblo se muere de hambre, sed, penuria, falta de medicamentos, deterioro creciente de los Centros de salud y asistenciales”, dijo.

Apagón desnudó indolencia e incompetencia

Señaló igualmente que la paralización del servicio eléctrico en casi todo el país “no es más que una muestra de la indolencia, desidia, falta de mantenimiento y de la incompetencia del gobierno nacional. Extrañamos sobremanera que las autoridades gubernamentales no hayan salido, desde el primer momento de la emergencia, a dar respuesta eficiente de la situación socorriendo a los enfermos hospitalizados con generadores eléctricos a los Centros asistenciales, agua, alimentos y medicinas, pues entre otras muchas cosas, quedó interrumpido el servicio automatizado de pago ‘por punto’ (de venta)”.

Tras recordar que la Constitución nacional “como proyecto país sigue siendo una deuda con el pueblo”, pues abunda la “letra muerta”, dijo que “Venezuela necesita volver al desarrollo integral, volver a la productividad a través del trabajo digno y el disfrute justo”.

Sostuvo que “las instituciones deben estar al servicio de los ciudadanos y no de parcialidades políticas e intereses personalistas”, y reiteró que “las personas y el pueblo no son esclavos de una doctrina o tendencia política partidista y menos de sus líderes”.

El proyecto de Dios, señaló monseñor Romero, “es que todos tengan vida y ésta en abundancia (Jn 10,10) y esto se logra con la justicia y la libertad. También Dios, hoy como en otro tiempo al pueblo de Israel esclavo en Egipto, escucha el clamor de su pueblo que hoy está oprimido y agobiado”.

“Militares deben dejar de jugar a ser políticos”

El prelado exigió al Gobierno nacional y regional “enseguida acudir y socorrer a la población más vulnerable con equipos para solventar la falta del servicio eléctrico, agua para la hidratación y servicio doméstico, alimentos, medicinas, etc.”.

Recordó, no obstante, que la Iglesia Católica “seguirá sirviendo al pueblo de Dios. Le acompañará en esta desventura. Seguirá sufriendo y caminando juntos. El gobierno debe dar paso a una nueva forma de hacer política con personas idóneas, capacitadas y éticas”.

Por otro lado, señaló que “los militares dejen de jugar a políticos” y ponerse “al lado del pueblo. Dejen de reprimir. La solidaridad y la caridad en la verdad deben ser los ejercicios de toda comunidad eclesial”.

Llamado a la comunidad internacional

La comunidad cristiana “seguirá cercana a los que más han sufrido este apagón: niños, enfermos, familiares de los difuntos. Es urgente la necesidad de un cambio de rumbo gubernamental. Hasta ahora las políticas públicas naufragaron, son un desacierto, una burla hacia el pueblo. Hacemos finalmente un llamado a la Comunidad Internacional, principalmente a los Organismos de los Derechos Humanos, a que sean garantes eficaces de la vida y seguridad de nuestro pueblo.

Carlos Zapata  | Reporte Católico Laico