“La Amazonía es mucho más que recursos naturales y minerales, puesto que hay personas, hay espiritualidad, hay una cosmovisión, hay diferentes formas de entender el mundo y sobre todo, hay una propuesta alternativa para nuestra sociedad”, explica el fraile dominico y Vicario Apostólico de Puerto Maldonado, Perú.
A tan sólo unos meses del inicio del Sínodo sobre la Amazonía convocado por el Papa Francisco y que se llevará a cabo en Roma del 6 al 27 de octubre, compartimos las declaraciones de monseñor David Martínez de Aguirre, fraile dominico, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado en Perú y miembro de la REPAM.
Proteger el futuro de la región
Se trata de la Red Eclesial Panamazónica que trabaja al servicio de los pueblos de la Pan-Amazonía, luchando en defensa de sus sabidurías ancestrales, de sus territorios y de su derecho a una participación efectiva en las decisiones que se hacen con respecto a su vida y a su futuro.
“Reconocemos y valorizamos la espiritualidad de estos pueblos que viven en relación armónica con la creación”, explica mons. Martínez, haciendo hincapié en que la Amazonía siempre ha sido “una unidad”, tanto a nivel geográfico, bilógico y cultural, ya que la historia demuestra que los pueblos interamazónicos han matenido comunicaciones entre ellos desde sus orígenes.
Amazonía: identidad y voz propia
“Es por ello que la Iglesia está intentando dar respuesta a esa unidad panamazónica realizando un fuerte llamado para que esta región sea valorizada, no sólo desde el interés de sus tierras, su fauna, sus recursos naturales y minerales; sino desde la mirada de los más desfavorecidos que son los pueblos indígenas, cuyas necesidades deben ser atendidas y no ignoradas”.
Y de esta tarea se ocupa precisamente la REPAM que cuenta también con la colaboración de los misioneros dominicos, quienes desde sus iglesias locales se integran a esta Red Panamazónica, definida por el Vicario Apostólico de Puerto Maldonado como “una forma de ser y de presentarse en el mundo, con identidad y voz propia que intenta decir que la Amazonía es mucho más que naturaleza, puesto que hay personas, hay espiritualidad, hay una cosmovisión, hay diferentes formas de entender el mundo y sobre todo, hay una propuesta alternativa para nuestra sociedad”.
Misionando en la selva peruana
Pero… ¿cómo es que la Orden de Predicadores llegó a tierras peruanas?
El Vicariato Regional de Perú fue asumido por los dominicos españoles en el mes de septiembre de 1906.
Nace tras la decisión del Papa León XIII en 1894 de crear tres Prefecturas Apostólicas en la selva peruana: San León del Amazonas en el norte, encargada a los agustinos; San Francisco del Ucayali en el centro, encargada a los franciscanos y Santo Domingo del Urubamba en el Sur, encargada a los dominicos.
“Mi trabajo como obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado es responder a la misión que la Iglesia católica pidió hace más de 100 años a los dominicos: hacernos cargo de crear una Iglesia local en una zona amazónica que actualmente es el sur oriente de Perú”, añade mons. Martínez, afirmando que por tanto, lo que hace la Orden de Predicadores en este rincón del mundo es construir junto con los pueblos indígenas y otras poblaciones que han llegado hasta aquí; una comunidad eclesial autóctona.
El Papa Francisco visitó estas tierras el 19 de enero de 2018, durante su viaje apostólico a Perú. Allí el Santo Padre pronunció un profundo discurso en el que pidió respetar y promover los derechos de los pueblos originarios, ante las diversas amenazas que padece la Amazonía.