Sínodo Amazonía: Iglesia y sociedad deben contribuir al Buen Vivir

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Mons. Jonny Eduardo Reyes, Obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho

Presentada Carta Post Sinodal de la Amazonía en la CXIII Asamblea Ordinaria Plenaria

Durante la CXIII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, la representación que participó en el Sínodo de la Amazonía, presentó en la voz de Mons. Jonny Eduardo Reyes, Obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, la Carta Post Sinodal, en donde se narra la experiencia, los alcances, logros y vicisitudes de esta actividad, la cual recordemos se realizó en la ciudad del Vaticano del 06 al 27 de octubre de 2019.

Resaltó Mons. Reyes  que lo primero fue entender que la Amazonía no es una isla, sino la parte de un todo que es nuestro planeta y que, en sus partes, continente o países, tiene sus bellezas y heridas, sus gozos y tristezas, sus logros y retos, sus bendiciones y desgracias.

Asimismo, resaltó la versatilidad de los participantes, lo que permitió el verdadero ambiente sinodal, haciendo énfasis en que la sinodalidad, no es solo una palabra bonita, un eufemismo o una frase hecha, sino un verdadero caminar junto, que permita trabajar en pro de la grey y de toda la creación.

  Lamentó lo que a su modo de ver fue una “Maldad Publicitada”, para hacer referencia a los comentarios negativos y las desavalorizaciones lo que ocasionó la desviación de la atención de la idea original que se tenía.

No obstante y pese a lo anteriormente narrado aseguró que el Sínodo sirvió de plataforma para ver y escuchar las diversas amenazas a nuestro planeta, los sufrimientos de nuestra gente, especialmente el de los pueblo originarios, las carencias pastorales que tiene la Iglesia Católica en esos espacios, el abuso de poder, las amenazas a la vida en familia y en las escuelas, la contaminación, la explotación inescrupulosa, el inexorable cambió climático entre otras problemáticas, las cuales retan a la Iglesia a una conversión integral, pues se deben construir comunidades vivas que trabajen por la conversión ecológica y que se atrevan a levantar su voz en la defensa de la vida y ante cualquier amenaza de muerte.

En resumen, el Sínodo de la Amazonía pide que la Iglesia y la sociedad contribuyan en la construcción del Buen Vivir y que se abran las puertas y se generen oportunidades para que las fuerzas vivas avancen por el camino del bien.

Prensa CEV