La Conferencia Episcopal Venezolana expresó su preocupación por las comunidades indígenas, y el impacto que sobre ellas está teniendo la pandemia del COVID-19, sin asistencia sanitaria adecuada, por la cuarentena no pueden ir a pescar, lo cual muchos de ellos están muriendo de hambre y por la pandemia. Los obispos exigen que se detenga esta barbarie, y se realice ante la Pandemia un plan de atención para los pueblos indígenas, so pena de ser partícipes de este genocidio en desarrollo.
Ciudad del Vaticano
Según el episcopado, «esta situación sanitaria viene a profundizar el grave deterioro de las condiciones de vida de los pueblos indígenas en general y de los amazónicos en particular, producto de la sistemática exclusión de sus derechos a los bienes y servicios necesarios para una vida digna».
También denunciaron el “deficiente cuadro sanitario en estas poblaciones, lo cual se suma a la devastación de sus territorios y condiciones de vida por las operaciones del extractivismo”, práctica que «bajo todas sus formas de explotación, parece decidido a destruir los territorios ancestrales de los pueblos originarios, cuyo daño es ya muy grande, en principio para los indígenas, pero también para toda la población venezolana en su conjunto».
La impunidad está a la orden del día, se lee en el comunicado. La «sed del oro del sur», no tiene límites llegando a niveles de una «renovada idolatría». Esta actividad minera desbocada hace revivir “dantescas” escenas de incursiones violentas y armadas para oponerse a poblaciones que se resisten a ver destruidas sus tierras, sus aguas y sus culturas.
Los obispos exigen
Ante este panorama desolador los obispos exigen que se detenga esta barbarie, y se realice ante la Pandemia un plan de atención para los pueblos indígenas, so pena de ser partícipes de este genocidio en desarrollo. También proponen pensar cómo asistir a las comunidades indígenas en el caso de un confinamiento prolongado y en la etapa de Post Pandemia.
En el comunicado se habla de dar prioridad a “adelantar planes de vacunación masiva para las enfermedades endémicas ya presentes en sus regiones”.
Al Estado lo exhortan a subsidiar con apoyo económico y alimenticio a las familias indígenas reducidas a la miseria y al hambre. Por otra parte, se hace “impostergable” dotar a los centros de salud de lo necesario para garantizar la lucha contra el coronavirus y las otras enfermedades típicas de la región.
Los obispos agradecen el trabajo silencioso y heroico de tantos misioneros y misioneras quienes, enfrentando dificultades inmensas, en medio de tantos sufrimientos y corriendo la misma suerte de los indígenas, “hacen presente el amor misericordioso de Dios que alimenta, cura, consuela y restablece la dignidad humana”. «Y a nuestros hermanos indígenas una vez más les recordamos que no están solos, sus anhelos y pesares son también los de la Iglesia».
La educación
También existe el riesgo de que se pierda el año escolar, porque no está funcionando el programa oficial de «Cada Familia Una Escuela» en virtud de las fallas eléctricas y la inexistencia del servicio de internet. Los educadores han denunciado que la falta de combustible impide a los estudiantes llegar a los establecimientos educativos. La llegada de la Pandemia agravó esta situación.
En el comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana, se explica que, se han recopilado estos datos, por medio del trabajo que constantemente llevan a cabo a en estas zonas obras misioneras y organizaciones sociales y de derechos humanos. En el comunicado también recogen testimonios e historias de vida de los mismos indígenas y advierten que hasta ahora no se conoce sobre un protocolo específico para la atención de los pueblos indígenas en caso de contagio del virus.
Asistencia sanitaria
En algunas comunidades se realizan operativos de prevención y se exigen medidas de higiene sin garantizar el servicio de agua potable e ignorando la precariedad económica de las familias, que les impide invertir en artículos de limpieza o higiene, tan necesarios para la prevención de la enfermedad del COVID 19. La asistencia sanitaria es precaria, según el comunicado, los dispensarios y puestos de salud, en las comunidades indígenas, no cuentan con la mínima presencia de personal sanitario y dotación que permita resolver situaciones médicas básicas.
La cuarentena y sus consecuencias
Debido a la cuarentena, muchos indígenas han quedado atrapados en las cabeceras de los municipios donde se encontraban y no existe una propuesta para volver a sus hogares. Además, la cuarentena impide a los indígenas trabajar en sus conucos y dedicarse a la pesca, reduciéndolos así al hambre y a otras consecuencias. En los lugares de mayor densidad poblacional la falta de transporte y de suministro de combustible dificulta la comercialización de los productos agrícolas, pescados y artesanías, intensificando la ya precaria realidad que viven los pueblos indígenas.
Reporte Católico Laico
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