“Eso de “felices fiestas” es una novelería anti-cristiana copiada de otros países donde el cristianismo está siendo atacado, como algunos países de Europa y Estados Unidos”, alertó el cardenal Jorge Urosa Savino, en su mensaje de Navidad 2020, enviado a los creyentes venezolanos. Pidió no sucumbir al secularismo, “esa corriente cultural que es enemiga de Dios, de lo religioso y específicamente de lo católico”.
El arzobispo emérito de Caracas, explica que “¡Navidad es Navidad, el nacimiento de Cristo!”. Hizo un llamado a no tener “miedo de profesar y proclamar nuestra fe, y nuestra alegría de ser cristianos y católicos”, argumentando que la celebración de la Navidad no son unas simples “felices fiestas”, según lo considera “esa ambigua expresión”.
“Así dicen ahora algunos, inclusive importantes medios venezolanos de comunicación social. ¿Y eso por qué? No debemos tener miedo de decir Feliz Navidad. ¡Celebramos que Dios está con nosotros!”. El mensaje recuerda que actualmente “el mundo entero se encuentra amenazado por una peste mortal, la pandemia del Covid-19, y estamos todos necesariamente limitados por la cuarentena”, indicó el Purpurado venezolano.
Motivó a celebrar la Navidad a pesar de que Venezuela sufre graves problemas sociales y políticos. “Por eso hay quien dice que no hay Navidad, que no puede haberla. Algo parecido sucedió en diciembre del 2002, por la huelga general o paro petrolero. Algunos decían que les “estaban robando la Navidad”. ¡Como si la Navidad fueran los festejos!”.
En ese sentido explicó que “la Navidad no es otra fiesta más, una especie de carnaval con arbolitos y hallacas. Navidad es otra cosa. Algo muy grande, elevado, religioso, de gran significación humana y espiritual”. A continuación, el mensaje del cardenal Urosa:
Nos encontramos cerca de la Navidad, celebración del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Actualmente, el mundo entero se encuentra amenazado por una peste mortal, la pandemia del Covid-19, y estamos todos necesariamente limitados por la cuarentena. En Venezuela sufrimos, además, graves problemas sociales y políticos. Por eso hay quien dice que no hay Navidad, que no puede haberla. Algo parecido sucedió en diciembre del 2002, por la huelga general o paro petrolero. Algunos decían que les “estaban robando la Navidad”. ¡Como si la Navidad fueran los festejos! Porque la Navidad no es otra fiesta más, una especie de carnaval con arbolitos y hallacas. Navidad es otra cosa. Algo muy grande, elevado, religioso, de gran significación humana y espiritual.
La Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús nuestro Divino Salvador. Es la manifestación del amor de Dios a la humanidad, precisamente para que “el pueblo que habita en tinieblas vea una gran luz” (cfr. Mt 4,16) pues la existencia humana está marcada por el dolor. Por eso Dios se hace solidario con nosotros y viene a salvarnos. Por eso la Navidad cristiana es una hermosísima fiesta religiosa, espiritual, sagrada, en honor de Jesucristo, que nos llena de alegría y que celebramos, por supuesto, con canticos, actos religiosos, regalos y fiestas familiares y fraternas. Pero el centro de ella es Jesús, Dios hecho hombre, para compartir nuestras penas y darnos su propia vida divina.
En Navidad contemplamos, agradecemos a Dios y festejamos la inmensidad de su amor, revelado en la encarnación de su divino Hijo, nuestro Señor Jesucristo. El viene a confortarnos en medio del sufrimiento. Él es el camino, la verdad y la vida; él es la luz del mundo, el pan vivo bajado del cielo, la resurrección y la vida, como nos dice el evangelista San Juan.
Por eso, a pesar de la pandemia y la cuarentena, de las penas y sufrimientos causados por la pésima situación socio-económica y la permanente agitación política, o por nuestros problemas personales, claro que debemos celebrar la Navidad, y podemos tener una Navidad llena de paz y serenidad. Inclusive, una Navidad feliz.
Porque Dios nos ama a pesar de todas las calamidades que nos agobian y padecemos en estos tiempos malos, los cristianos, los católicos venezolanos sí tendremos Navidad pues sentimos en estos días la presencia de Dios. Jesús es “Dios con nosotros”.
Y ¡ojo! Celebraremos no simplemente unas “felices fiestas”, según esa ambigua expresión. Así dicen ahora algunos, inclusive importantes medios venezolanos de comunicación social. ¿Y eso por qué? No debemos tener miedo de decir Feliz Navidad. ¡Celebramos que Dios está con nosotros!
Eso de “felices fiestas” es una novelería anti-cristiana copiada de otros países donde el cristianismo está siendo atacado, como algunos países de Europa y Estados Unidos. No sucumbamos al secularismo, esa corriente cultural que es enemiga de Dios, de lo religioso y específicamente de lo católico. ¡Navidad es Navidad, el nacimiento de Cristo! No tengamos miedo de profesar y proclamar nuestra fe, y nuestra alegría de ser cristianos y católicos.
Lea también: Hace 15 años el Vaticano se impuso ante Chávez, al nombrar al Cardenal Urosa arzobispo de Caracas
Celebremos pues, religiosamente y con todas sus letras, una Navidad hermosa, provechosa y útil que nos ayude a encontrarnos con Dios, que es Amor. Acudamos a las Iglesias y recibamos los sacramentos en la medida de lo posible. Sigamos los oficios religiosos por los medios de comunicación y las redes sociales. Y oremos en nuestras casas, con nuestra familia, alrededor del Pesebre, que no debe faltar en ningún hogar. Abramos nuestros corazones y compartamos nuestros bienes con los más necesitados. Perdonemos y pidamos perdón, si estamos distanciados de alguien. No rebajemos la Navidad a la categoría de unas parrandas carnavalescas sin sentido. ¡Celebremos y acojamos en nuestros corazones, en nuestras familias y en nuestras vidas a Jesús, nuestro divino Salvador!
“Gloria a Dios en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor” (Lc 2, 14).
El Guardián católico