“Probablemente el problema nace de que el Papa hace hincapié en la reforma de la Iglesia y hay confusión sobre este tema”, asegura el secretario de Estado en una entrevista con la cadena Cope
La división en la Iglesia católica entre conservadores y progresistas “preocupa” al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, porque “hace mucho daño” a la comunidad cristiana al amenazar su “comunión y unidad”. “Probablemente el problema nace de que el papa Francisco hace mucho hincapié en la reforma de la Iglesia y hay mucha confusión sobre este tema”, explica el ‘número dos’ de la jerarquía vaticana en una entrevista emitida este lunes por la emisora de radio española Cope.
Al hablar sobre la reorganización eclesial, el purpurado italiano subraya que hay un nivel “que no se puede cambiar”. Es “la estructura” de la Iglesia en la que se “deposita” la fe, como ocurre con los sacramentos y el ministerio apostólico. Pero luego hay “toda una vida de la Iglesia” que puede renovarse y que está hecha por “hombres pecadores”. Las “divisiones y contraposiciones” dentro de la comunidad católica nacen precisamente cuando se confunden estos dos niveles.
“Uno no logra distinguir entre lo esencial que no puede cambiar y lo que no es esencial que tiene que ser reformado, tiene que cambiar según el espíritu del Evangelio. Reflexionando creo que ahí está la raíz del problema”, explica Parolin en su conversación con José Luis Restán, director adjunto de Cope, la cadena de radio impulsada por la Conferencia Episcopal Española (CEE).
“Muy diferente” al Papa
En la entrevista, el secretario de Estado habla de su relación con el papa Francisco y de la diversidad de perfiles entre ambos. “Somos muy diferentes. Esto es una ventaja”, asegura, destacando que lo importante es conseguir que esas diferencias sean “una riqueza para el mundo” y no propicien un conflicto, sino una colaboración “cada uno desde su punto de vista, desde su estilo, su sensibilidad, su preparación, desde su cultura, desde su espiritualidad”.
Al más estrecho colaborador del obispo de Roma le sigue impactando la “gran sencillez” que este manifiesta. “Cuando uno se acerca a él se da cuenta de que es un hombre sencillo sin protocolo. El contacto es inmediato. Cuida mucho la relación y la cercanía con la gente. Busca encontrar a la gente. Es otra característica de su manera de trabajar”, dice Parolin sobre Jorge Mario Bergoglio, del que también le “impacta” su deseo de ayudar a la Iglesia para hacerla “más creíble” en el anuncio del Evangelio.
Libertad religiosa en China
En su repaso a la agenda internacional, el secretario de Estado se detiene en dos países: China e Irak. “Todo lo que se está haciendo es para asegurar una vida normal en la Iglesia en China: espacios de libertad religiosa y de comunión, porque no se puede vivir en la Iglesia católica sin la comunión con el sucesor de Pedro, con el Papa”, dice Parolin. Aunque no lo cita, se refiere de manera implícita al acuerdo entre la Santa Sede y Pekín para el nombramiento de obispos en el país asiático. Este pacto, cuyo contenido específico no se ha hecho público, se renovó por otros dos años el pasado mes de octubre.
“Los pasos que se han dado, aún cuando no han resuelto todos los problemas que todavía hay y que probablemente necesitarán mucho tiempo, están en el rumbo correcto hacia una conciliación en el interior de la Iglesia por este problema de distinciones, es demasiado decir de separaciones, de distinciones”, explica el jefe de la diplomacia vaticana.
Solidaridad con los cristianos orientales
Al hablar sobre Irak, país que ha visitado varias veces, la última durante el viaje con el Pontífice el mes pasado, reconoce que persiste en aquella nación árabe un “clima de desconfianza e incertidumbre que no permite a los cristianos ver un futuro”. Parolin celebra el “testimonio de la fe que llega hasta el martirio” de los seguidores de Jesús en Oriente Medio, de los que considera que en Occidente los fieles tienen mucho que aprender. “A veces me parece que como cristianos de Europa, de Occidente, somos demasiado fríos hacia nuestros hermanos. Quisiera que hubiera más solidaridad, más cercanía, más maneras de manifestar nuestro apoyo y ayudar a seguir adelante. Ellos nos enseñan esta capacidad de ser fiel a pesar de todas las dificultades pero al mismo tiempo nos piden mayor solidaridad”.
Restán le pregunta a Parolin por cuál debe ser el “acento” principal de la Iglesia en una Europa cada vez más descristianizada. “Yo siento mucho la pérdida de la fe en nuestra Europa, en nuestra cultura, en nuestros países y estos cambios antropológicos que se están dando perdiendo la identidad de la persona humana antes que una pérdida de fe yo diría que es una pérdida de razón”, asegura, para destacar más adelante que hoy en día “no se puede imponer nada” y hay que optar en cambio por el “testimonio coherente y convencido” de la vida cristiana.
Los nuncios, al servicio de la paz
“A veces no sé si hago bien o mal pero me parece que se puede comparar la situación que estamos viviendo con los primeros siglos de la Iglesia cuando llegaron los apóstoles y los primeros discípulos en una sociedad que no tenía valores cristianos pero a través del testimonio de las primeras comunidades lograron cambiar la mentalidad e introducir los valores del Evangelio en la sociedad de entonces”, dice el secretario de Estado.
En la entrevista con Cope, también habla de cómo vive su vocación sacerdotal en el servicio diplomático de la Santa Sede. “La tarea de los nuncios es una tarea pastoral, de estrechar los lazos entre la Santa Sede y las Iglesias locales. Estamos al servicio de la comunión y también la defensa, la promoción de la libertad de la Iglesia, de la libertad religiosa. Además de la tarea de la paz en el mundo”.
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