En el Vaticano, en la plaza de la Gobernación, devastada por las bombas de la Segunda Guerra Mundial, se están recogiendo medicamentos, ropa y alimentos para la gente de Ucrania que está bajo las bombas en estas horas.
En respuesta al sentido llamamiento del Papa Francisco, la Limosnería Apostólica ha instalado un punto de acopio en el centro del Vaticano, marcado por dos banderas ucranianas incrustadas en farolas.
Desde el mediodía de hoy, lunes 7 de marzo, el ir y venir de coches y buses es constante: entre las muchas donaciones, está también la de Benedicto XVI que llega directamente desde el monasterio Mater Ecclesiae. Y mientras “L’Osservatore Romano” va a la imprenta, continúa la colecta que, a través de una eficaz campaña de boca a boca, está siendo llevada a cabo no sólo por las oficinas y empleados del Vaticano. “Hay quienes han involucrado a los amigos y hasta todo su edificio”, dice padre Francesco Mazzitelli, oriundo de Orión, jefe de la oficina de la Limosnería, que coordina la iniciativa.
La “estrategia” de la colecta en la plaza frente a la Gobernación es sencilla: medicamentos (incluido un suministro ad hoc de la Farmacia Vaticana), ropa y alimentos se cargan en furgonetas y coches -proporcionados por diversos organismos vaticanos- que van y vienen a la basílica romana de Santa Sofía en Via Boccea: el “corazón” de la comunidad ucraniana en Italia se ha convertido inmediatamente en el punto de referencia para la ayuda que se envía a los refugiados que huyen de la locura de la guerra.
También con este gesto concreto la Santa Sede se ha puesto al servicio de la consecución de la paz en Ucrania. Ayer, en el Ángelus, el Papa Francisco anunció que había enviado a dos cardenales como expresión de la solidaridad de la Iglesia con el pueblo ucraniano. El cardenal Konrad Krajewski, que salió ayer por la tarde del Vaticano, ya ha llegado a las zonas críticas de la frontera entre Polonia y Ucrania para estar al lado de los refugiados y de los voluntarios en los refugios y casas. Ha llevado -expresamente, personalmente- el ánimo directo del Papa Francisco y de todo el pueblo cristiano. El cardenal Michael Czerny, prefecto interino del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que llegará a Hungría mañana martes 8 de marzo, está a punto de hacer lo mismo.
Con información de Vatican News
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