El miércoles 26 de octubre, día en que se celebra su Memoria litúrgica y el aniversario de su nacimiento, fue oportuno para que cientos de fieles pidieran por el avance de su causa de canonización, en el Templo de Ntra. Sra. de la Candelaria en Caracas.
Allí reposan los restos mortales del beato José Gregorio Hernández. La canonización dependerá de la aprobación de un milagro por parte del Vaticano, si bien los creyentes le atribuyen numerosas curaciones al llamado “médico de los pobres”.
Los fieles se aglomeraron en la iglesia y en sus alrededores para participar en las misas que se celebraron ayer -al igual que en varias partes de Venezuela- con motivo del 158 aniversario del natalicio del galeno, fallecido en 1919.
La caraqueña Flor Hernández, una creyente con 50 años de devoción, aseguró a EFE que su hijo estuvo en estado de coma, del que salió gracias a la intercesión del beato que se le apareció al entonces niño de 5 años cuando estaba desahuciado, según él mismo contó al despertar.
“Yo le pedí al doctor José Gregorio Hernández que me salvara a mi hijo (…) yo sé que (él) existe y hace los milagros porque a mí me lo hizo”, remarcó la mujer que, explicó, visita el templo todos los meses.
Por su parte, el vicario del templo, Roberto Madriz, señaló que la iglesia, con ayuda de feligreses, creó un altar nuevo para venerar al Beato, cuya devoción, subrayó, “se ha incrementado muchísimo” en Venezuela y “otras partes del mundo”, entre las que mencionó las comunidades españolas de Madrid y Galicia.
En abril de 2021, el médico de los pobres fue beatificado en Caracas, tras la aprobación del papa Francisco luego de verificar el milagro concedido a la niña Yaxury Solórzano, a quien los médicos no daban esperanzas de vida después recibir un disparo en la cabeza.
La Conferencia Episcopal Venezolana ha dicho que Hernández, único laico del país declarado beato, está a un paso para el reconocimiento de su santidad, por lo que la causa de su canonización continúa y, para lograr su aprobación, requiere un nuevo milagro certificado por el Vaticano e inexplicable para la ciencia.
Versión Final
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