Los cinco primos alemanes del papa Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 diciembre, son los herederos del dinero que tenía ahorrado en sus cuentas, mientras que los derechos de autor de sus libros irán a la Fundación Ratzinger y sus objetos personales fueron repartidos entre sus ayudantes, como él mismo dejó escrito.
Así lo reveló el que fue su secretario personal durante todos los años del pontificado, monseñor Georg Gaenswein: “Pensé que tenía dos parientes, dos primos, pero son cinco”, dijo en Roma.
“Ahora por ley tengo que escribir a los primos que son los parientes más cercanos, y también tengo que decir por ley ¿ustedes aceptan la herencia o no la aceptan?”, explicó.
Aunque no se trata de una cantidad millonaria, los herederos podrían renunciar a recibir el dinero pues, según publica el “Corriere della Sera”, “correrían el riesgo de verse envueltos en una demanda de indemnización de perjuicios iniciada en Alemania contra Benedicto XVI por la acusación de no haber intervenido en un caso de un cura pederasta cuando era arzobispo de Munich entre 1977 y 1982”.
El histórico secretario destacó que la herencia será solo lo que quede en la cuenta bancaria, ya que los efectos personales del que fue papa emérito desde 2013, tras su histórica renuncia, “serán todos regalados”.
“Los demás artículos personales, desde relojes hasta bolígrafos, desde pinturas hasta muebles litúrgicos, se incluyeron en una lista meticulosamente elaborada por Benedicto XVI antes de morir. No se ha olvidado de nadie: colaboradores, secretarios, seminaristas, estudiantes, choferes, párrocos, amigos”, indicó Gaenswein, según publica este lunes el diario Il Messaggero.
Mientras que “lo que tiene que ver con los libros, lo que tiene que ver con su obra intelectual ya está todo aclarado”, añadió.
Los derechos quedan en el Vaticano y una parte se destinará a la “Fundación del Vaticano Joseph Ratzinger”.
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