Papa Francisco a la Comisión para América Latina: Lo original es la caridad de Jesucristo

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«El amor de Cristo nos apremia» (2 Co 5,14)

El Santo Padre escribe en un mensaje a la Pontificia Comisión para América Latina, y a las instituciones que le apoyan pastoral y económicamente en diversas iniciativas, la urgencia de ayudar sin caer en las “tentaciones voluntaristas y pelagianas”.

 El Papa Francisco envía mensaje a los participantes del encuentro de instituciones y organismos de ayuda a la Iglesia en América Latina que se realiza en Roma el 22 y 23 de junio, promovido por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), exhortándolos “a redescubrir cada día, con asombro y gratitud, que la fe cristiana es la certeza de la amistad de un Dios que nos primerea”.

“La CAL -escribe el Santo Padre- está llamada a ser un servicio, una ‘diakonía’, que muestre el afecto y atención del Papa, que inspire a la Iglesia en la región y que además promueva la sinergia interdicasterial de la Curia Romana en materia de asuntos latinoamericanos”.

Voluntad de cooperación

El Papa agradeció a las instituciones que junto a la CAL apoyan económicamente proyectos e iniciativas que son significativas para la Iglesia: “Agradezco esta voluntad de cooperación. Sin embargo, me atrevo a soñar con una ‘nueva imaginación de la caridad’, como dijo san Juan Pablo II, más amplia e incisiva”.

Y dirigiéndose a los responsables de instituciones y organismos de ayuda a la Iglesia de América Latina, les recuerda: “cada una de sus instituciones posee su propia naturaleza y misión. Sin embargo, todas participan de una identidad católica que debe hacer de su trabajo algo distinto a cualquier organización de ayuda puramente secular. Dicho de otro modo, tenemos que redescubrir cada día, con asombro y gratitud, que la fe cristiana es la certeza de la amistad de un Dios que nos ‘primerea’, que nos educa y que de manera cercana nos acompaña constantemente”.

“Lo más específico de todas las instituciones de ayuda de la Iglesia -insiste Francisco- no es la eficiencia administrativa de su operación, que esperamos sea muy buena, menos aún el simple esfuerzo humanitario que brota de un corazón generoso. Lo verdaderamente original de nuestra ayuda es la caridad de Jesucristo que nos apremia, es ese amor que nos precede y nos invita a confesar a Dios Padre, principio de todo bien; a Jesucristo, nuestro Hermano, que nos ha redimido; al Espíritu Santo que guía a la Iglesia, crea comunión y orienta a la humanidad hacia su plenitud”.

Tentaciones voluntaristas y pelagianas

El Santo Padre reitera el llamado a la solidaridad con los pueblos de Latinoamérica: “Ayuda para evangelizar las periferias geográficas y existenciales. Ayuda para atender las necesidades de los más pobres y excluidos. Sin embargo, es importante que todas estas ayudas superen las fáciles tentaciones voluntaristas y pelagianas”.

Finalmente, el Pontífice les encomienda a la Virgen de Guadalupe “Emperatriz de todos los pueblos del continente americano, interceda por ustedes y los anime a soñar con nuevas formas de presencia, servicio y acción caritativa en auténtica clave cristiana”.

Pbro. Johan Pacheco – Ciudad del Vaticano

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