Como ya es tradición al inicio y término de cada viaje papal, el Santo Padre se trasladó esta mañana a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma para visitar a la Virgen después de haber estado 4 días en Lisboa, donde ha tenido lugar la JMJ.
El Santo Padre no ha querido faltar a esta cita con la Virgen Salus Populi Romani para agradecerle su viaje a la capital portuguesa, donde se han reunido más de un millón de jóvenes de diferentes nacionalidades.
El Papa Francisco aterrizó en Lisboa el miércoles 2 de agosto. A lo largo del día, mantuvo diferentes encuentros con las autoridades y religiosos del país.
El jueves 3 de agosto se reunió con universitarios y por la tarde presidió la ceremonia de bienvenida en el parque Eduardo VII, donde llamó a los jóvenes a encontrar a Jesús, en un discurso que —por su energía, profundidad y cercanía— marcó un hito que recordó su histórica participación en Rio 2013.
El viernes 4 de agosto confesó a 3 jóvenes en la llamada “Ciudad de la Alegría”. Uno de ellos, el español Francisco Valverde, contó a ACI Prensa sus impresiones de la que considera “la confesión de su vida”.
Esa misma tarde, el Santo Padre también participó en el Vía Crucis con los jóvenes, donde varios testimonios sobrecogedores marcaron el evento. Entre ellos, una chica que contó cómo encontró a Dios después de abortar.
En la mañana del sábado 5 de agosto, el Papa Francisco voló en helicóptero hasta el Santuario de Fátima para rezar el Santo Rosario junto a enfermos y discapacitados. Por la tarde, acudió al Parque Tejo donde un millón y medio de jóvenes le esperaban para la Vigilia.
El domingo 6 de agosto, clausuró el encuentro con una Santa Misa, donde anunció el destino de la próxima JMJ. Por la tarde, antes de regresar a Roma, mantuvo un encuentro con jóvenes voluntarios, desde donde animó a ser “surfistas del amor” en las “olas de la vida”.
La Basílica de Santa María la Mayor tiene un significado especial para el Papa Francisco, ya que es el lugar que visitó a la mañana siguiente de ser elegido Pontífice, el 14 de marzo de 2013, para encomendarle su ministerio petrino a la Madre de Dios, ante el antiguo ícono de María Salus Populi Romani, protectora del pueblo romano.
ACI Prensa
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