La campaña Abrazo en Familia busca sensibilizar a todos los sectores de la sociedad civil de la Iglesia sobre los valores familiares. Nació en el año 1.990, la Conferencia Episcopal Venezolana a través del Departamento de Pastoral Familiar, se propuso celebrar el Día Nacional de la Familia, escogiendo como fecha el segundo domingo de Noviembre y para tal fin se eligió como lema: Día del Abrazo en Familia, el cual por el impacto que se causó, quedó establecido como frase que identifica a esta campaña en la Semana Nacional de Familia.
Cuando abrazamos… nos damos, el abrazo expresa por sí solo, nuestros sentimientos hacia el otro.
El abrazo entre esposos, equivale a decir: te amo, te necesito, perdona mis egoísmos y las veces que no presto la atención que mereces.
El abrazo al hijo pequeño, equivale a hacerle sentir la ternura que él mismo nos inspira, le transmitimos seguridad y el afecto que necesita.
El abrazo al hijo joven, equivale a decirle: te queremos como eres. Disculpa si no te comprendemos todas tus inquietudes. ¡Cuenta siempre con nosotros!
EL abrazo del hijo a sus padres, le dice: Sé cuánto me aman y aunque no siempre lo exprese, yo también los quiero mucho.
El abrazo entre hermanos es manifestarle: te quiero de verdad, eres importante para mí. Comparto tus penas y alegrías… ¡cuenta conmigo!
El abrazo simultáneo entre esposos, hijos y hermanos es la máxima expresión de amor y de comunicación, diálogo y reconciliación.
De aquí la importancia del ABRAZO EN FAMILIA.
Cuando abrazamos a los familiares ya envejecidos les hacemos sentir la ternura que él mismo inspira, les transmitimos la seguridad y el afecto que a su edad tanto necesitan, igual que el hijo más pequeño, y si el abrazo es entre hermanos ya ancianos, bendigamos al “Señor de Señores.”
El abrazo hace más felices los días y más soportables los días insoportables… démonos un abrazo en familia.
Oración por la familia
Padre de todos los hombres, Bendice a nuestras familias.
Que la comunión entre los esposos sea sincera, profunda y respetuosa.
Ayúdales a saberse colaboradores tuyos en la transmisión de la vida.
Que los padres acierten en la educación de los hijos.
Que los hermanos se acepten unos a otros y que compartan lo que son y lo que tienen. Ayúdanos a fortalecer la familia en el seno de la cual vivimos y a todas las familias donde se genera y fragua el hombre nuevo para una nueva sociedad.
Perdónanos nuestros errores y danos lucidez, fuerza y esperanza en las adversidades.
Por Cristo nuestro Señor, Amén.
María madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.
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