Alfredo Gómez Bolívar: “El niño José Gregorio Hernández Cisneros”

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José Gregorio Hernández junto a sus padres. Cortesía de El Guardián Católico

Venezuela celebra el venidero 26 de octubre de 2023, el 159 aniversario del nacimiento del Doctor José Gregorio Hernández Cisneros, y tercero de su Memoria Litúrgica como primer beato varón de Venezuela. El escritor Alfredo Gómez nuevamente aborda algunas anécdotas poco conocidas del afamado “Médico de los pobres” quien se enrumba hacia la canonización.

El 06 de enero de 1996 el Obispo de Trujillo Mons. Vicente Hernández realiza una Carta Pastoral que la titula: “José Gregorio Hernández Santo y Sabio”. Monseñor nos narra allí en forma elocuente el nacimiento del Dr. Hernández y lo dice así:

“Un 26 de Octubre de 1864, les nació a los esposos Benigno Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla, -boconés él, barinesa ella- avecindados en Isnotú de Trujillo, un pulcro bebé que vino a consolarlos de la muerte prematura de su primogénita. Se llamaría José Gregorio, hermoso y robusto, destinado a ser honra del pueblo, gloria de la moderna medicina venezolana y ciudadano del cielo, de virtudes heroicas. Le siguieron cinco hermanos más, para quienes él hizo de ángel guardián y leal apoyo.”

“Todo hombre llamado a la vida trae de su Creador un proyecto y una vocación que, sustentados en el saber religioso, ético y profesional, se convierte en factor de progreso y modelo que se admira y se imita. Así ocurrió con el amable José Gregorio Hernández Cisneros, ejemplo de santidad…”.

Los años de infancia de José Gregorio transcurrieron sin grandes sobresaltos en su pueblito de Isnotú, que en aquella época también era conocido como parroquia Libertad. Isnotú o Libertad era entonces apenas un pequeño caserío de humildes hogares (en su mayoría de yaguas de palma) agrupados en torno a dos calles. La vía principal era de 1.700 metros de largo y ocho de ancho, y la otra de 600 metros con siete y medio de ancho.

Isnotú se encuentra a 726 metros sobre el nivel del mar y registra una temperatura promedio anual de 20Cº, situado en el distrito de Betijoque, Estado Trujillo. Aunque había comenzado a formarse desde el siglo XVIII, cuando nació José Gregorio este pueblito no era ni si quiera una parroquia eclesiástica, pues no habría de alcanzar esa distinción hasta 1867.

En 1864 era un pueblo de gentes humildes dedicadas a la agricultura o al corte de madera. La familia de José Gregorio tenía una posición un poco más elevada en el pueblo, pues el padre, don Benigno, poseía un comercio, de esos característicos en las zonas rurales en aquellos años. En este comercio se vendía de todo lo que podrían necesitar las familias del pueblo, desde sal y pimienta hasta jabones, telas, perfumes y artículos de género.

A pesar de estas diferencias, no podemos dejar de notar que el origen de José Gregorio era relativamente humilde. El hecho de que una de las grandes luminarias del intelecto venezolano y de Nuestra América haya nacido en un ambiente popular pone de manifiesto una vez más lo inextricable de los designios del Señor…

El 30 de enero de 1865 fue bautizado en el templo del Santísimo Nombre de Jesús de Escuque por el presbítero Victorino Briceño; fueron sus padrinos Tomás Lobo y Perpetua Henríquez. En diciembre de 1867, cuando contaba con tres años, recibió el Sacramento de la Confirmación en el pueblo de Betijoque en manos del obispo de Mérida, Monseñor Juan Hilario Bosset, fue su padrino el presbítero Francisco de Paula Moreno.

Recibió la primera comunión en 1871, a sus siete años, una edad muy temprana en una época en la que se solía comulgar por primera vez a los doce años.

Es importante aclarar que los Sacramentos de Confirmación y Primera Comunión no se realizaron en el orden que normalmente tiene nuestra  Santa Madre Iglesia, esto se debía a que en esa época había muy pocos Obispos en el país, por lo tanto el territorio que abarcaba cada Diócesis era muy extenso; por lo cual el Obispo podía tardar años en visitar todas las parroquias de la misma y por eso se aprovechaba su visita para impartirle a los niños del lugar el Sacramento de la Confirmación, como ocurrió en ese momento en el estado Trujillo, tal como fue el caso de Nuestro Beato.

La primera maestra de José Gregorio fue su propia madre, donde Doña Josefa Antonia, señora de gran bondad, cuyas obras de caridad y beneficencia la hicieron merecedora del afecto y el respeto de las gentes del lugar, y de una merecida reputación de santidad. Con la dedicación que sólo ostentan las madres, enseñó a su hijo mayor a leer y escribir, y le inculcó las bases de la doctrina cristiana, no solo a través de los textos del Catecismo, sino también a través del ejemplo de una moral y una conducta irreprochable. También Doña Josefa le instruyó en historia sagrada y en aritmética.

Acerca de su madre escribió una vez José Gregorio:

“Mi madre que me amaba, desde la cuna me enseñó la virtud, me crió en la ciencia de Dios, y me puso de guía la santa caridad…”

Canción homenaje a Nuestro  Beato el Dr. José Gregorio Hernández este 26 de Octubre

El Guardián Católico

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