Juan Carlos Elizalde publica una carta pastoral con motivo del Día Internacional reconociendo el impronta femenina en los ambientes eclesiales.
El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, con motivo del 8 de marzo ha publicado una carta pastoral reconociendo “la contribución única y significativa de las mujeres en la vida de la Iglesia” y haciendo “un llamamiento a todas las mujeres que quieran llevar responsabilidades en la Iglesia”. Ante el Día Internacional de la Mujer ha querido, según sus propias palabras, “concienciar y poner en valor a la mujer y su papel nuclear en la sociedad y en la Iglesia”.
Más voz
Para el prelado la celebración “una oportunidad más de reconocer y apreciar la contribución única y significativa de las mujeres en la vida de la Iglesia y en nuestra tierra”. En sintonía con el papa Francisco alaba “su tarea compartida en la transmisión de la fe, en el servicio a los demás y en la promoción de la justicia y la paz” a la vez que destaca que en la Diócesis de Vitoria –donde hay tres mujeres en el Consejo de Gobierno– “seguimos dando pasos para que la mujer esté más presente y su voz sea más escuchada”, según recoge Europa Press.
También reivindica a “grandes mujeres, santas y doctoras de la Iglesia” que “son faros de luz y guía para millones de fieles a lo largo de los siglos”. “Hoy, también, damos gracias a Dios por tantas grandes mujeres, santas de la puerta de al lado, que son esperanza en estos tiempos convulsos y apasionantes”, ha añadido. “La Diócesis de Vitoria valora a las mujeres de la vida consagrada apasionadas del Señor y de los hermanos, a las madres, hermanas, esposas e hijas que desde la familia iluminan el tejido social y el mundo laboral”, reclama.
Diálogo y corresponsabilidad
Más allá de estas alabanzas, Elizalde ha denunciado las amenazas que sufren las mujeres en la actualidad. “Por desgracia, seguimos conociendo a nuestro alrededor casos de violencia contra las mujeres, bebes, niñas y ancianas indefensas, víctimas de violencia o maltrato, mujeres esclavizadas en la lacra de la trata y la prostitución y rostro de pobreza y exclusión en ojos de mujer”, escribe. El obispo insiste en que “más que nunca necesitamos ser escudo de todas estas situaciones, hospital de campaña para ellas y casa donde puedan desarrollar su vida con dignidad”.
Elizalde finaliza la carta, haciendo un llamamiento a “dar más voz y presencia a la mujer en la Iglesia”. “En esta etapa sinodal de diálogo y corresponsabilidad, quiero hacer un llamamiento a todas las mujeres que creen que pueden llevar más responsabilidades en nuestra Diócesis, para que lo expresen explícitamente y para que hagan propuestas concretas de acción”, reclama.
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