Varias organizaciones católicas participan en la convocatoria del evento, de carácter abierto y gratuito, previsto para el 31 de enero en Bogotá
“Al menos 2.263 extranjeros han solicitado refugio en el país”, mientras que la población migrante venezolana continúa en vertiginoso aumento
Con miras a construir una declaración política, que incluya recomendaciones concretas a los Estados, al Sistema de Naciones Unidas y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), frente a los desafíos particulares que enfrenta Colombia en materia de refugio y migraciones, la Comisión sobre migraciones forzadas, exilio y reconciliación (CER), junto con el Servicio Jesuita a Refugiados, Cáritas Colombia, la Misión Scalabriniana y diversas organizaciones de la sociedad, han convocado a la Conferencia “Colombia en el Pacto global de migrantes y refugiados 2018”.
La actividad es abierta a todo el público y totalmente gratuita. Se realizará el miércoles 31 de enero, a partir de las 8 de la mañana y hasta las 6 de la tarde, en el auditorio Acta de Independencia de la sede El Aquinate de la Universidad Santo Tomás, en Bogotá. Para participar, es necesario inscribirse en línea.
Vale la pena recordar que el 19 de septiembre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas suscribió la Declaración política de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes, exhortando a Jefes de Estado y de Gobierno y a altos representantes a adquirir una serie de compromisos con relación a la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los refugiados y de los migrantes. Fue así como nació el Pacto global de migrantes y refugiados.
La Iglesia y el Pacto
La Iglesia católica latinoamericana es una de las principales promotoras del Pacto. El pasado mes de noviembre una comisión de obispos vinculada a la red CLAMOR, en cabeza del obispo guatemalteco Álvaro Ramazzini, presentó ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) los “20 puntos de acción” propuestos por El Vaticano, a partir de la invitación que el papa Francisco ha resumido en 4 verbos: acoger, proteger, promover e integrar.
En el documento leído durante esa jornada, la red CLAMOR manifestó que “cada refugiado o refugiada, más que una estadística que engrosa los documentos de los órganos oficiales, es un ser humano, que debe ser respetado y promovido en su dignidad y derechos”.
Colombia, país de acogida
Precisamente, la Conferencia convocada para la próxima semana tiene como principal fin reflexionar en torno a los cambios paulatinos que se han venido dando en los últimos años, habida cuenta de los acuerdos de paz –con el retorno de desplazados– y del gran número de migrantes venezolanos que han tenido que dejar su país, debido a la crisis social y humanitaria que viven, convirtiendo a Colombia de un país expulsor a un país de acogida.
En los últimos 10 años, según cifras de ACNUR en Colombia, “al menos 2.263 extranjeros han solicitado refugio en el país”, mientras que la población migrante venezolana continúa en vertiginoso aumento.
Colombia “ha sido históricamente un país más expulsor que receptor de refugiados y migrantes, situación que ha venido transformándose gradualmente”, apuntan los organizadores del evento.
No obstante, otro de los objetivos de la conferencia será identificar y analizar los principales retos para la materialización de los derechos de las personas colombianas refugiadas, desplazadas, transfronterizas y exiliadas en el exterior.
Por último, la conferencia buscará reconocer los vacíos del sistema de asilo en Colombia y la política migratoria, con el fin de contribuir con recomendaciones para el país, como territorio receptor de migrantes, y su compromiso con la protección para los refugiados y sus derechos.
Vida Nueva
