Familia: cimiento seguro

72
Obispo de Margarita, monseñor Fernando Castro

“Con la ayuda de Dios hay que tener el convencimiento de que un hombre es capaz de amar a una mujer para siempre y al revés”

“La calidad de la política depende de la familia” Son palabras de Francisco al presidente de la República Italiana (2013-11-14). Igualmente, “en el centro de las esperanzas y de las dificultades sociales está la familia”.

Con esta introducción surge una idea de sentido común: lo primero que toda persona tiene en su cabeza es la familia: la que tiene. Y todos aspiran a ella aunque estén desorientados en cómo constituirla. La cultura y los medios de comunicación tienen embotadas las mentes. Ya mucha gente ve imposible conformar una familia natural; de hombre y mujer, estable, para toda la vida y llena de fecundidad. Amargas experiencias o mensajes repletos de una libertad sin compromisos, hacen difícil la comprensión de la familia, y el planteamiento del ideal familiar. La Iglesia, experta en humanidad, proclama “el Evangelio de la familia”. La vida de Jesús nos muestra una familia. Un hombre, una mujer, que educan a un hijo, y que viven de su trabajo y se relacionan con sus parientes y vecinos como cualquiera. Es la infancia de Jesús.

Un creyente en Jesucristo puede formar una familia. Con la ayuda de Dios hay que tener el convencimiento de que un hombre es capaz de amar a una mujer para siempre y al revés. Y juntos ser artífices del amor fecundo que engendra unos hijos en la comunidad familiar.

Sólo así, se construye una nación con fundamentos. Favorecer la dignidad de la familia, atender sus necesidades básicas: alimentos, medicinas, hospitales adecuados, fomentar la iniciativa para el trabajo, crear espacios de sana convivencia familiar, constituyen desafíos positivos para las autoridades y para la política. Lo contrario es favorecer niños y jóvenes muchas veces desafectados y sin referencias en valores y de identidad claras.

Así niños y jóvenes sienten lde sus padres la seguridad del hogar. Tener creatividad para vivir en familia, es un fundamento sólido para la vida y para la patria.

 Mons. Fernando Castro.-