Elecciones anticipadas: atropello a los derechos políticos de los venezolanos

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Arzobispo de Caracas Cardenal Jorge Urosa

En una breve entrevista sobre la situación actual el país el Arzobispo de Caracas Cardenal Urosa, expresó su rechazo a la convocatoria adelantada a elecciones presidenciales. “Es una convocatoria adelantada y ventajista, totalmente abusiva e irregular por lo demás”. En efecto, el Cardenal Arzobispo indicó que el llamado a elecciones anticipadas, con menos de tres meses entre la convocatoria y la realización de las elecciones, con el mismo Consejo Electoral parcializado con el Gobierno, y en condiciones desventajosas para los partidos de oposición es “un atropello a los derechos políticos de los venezolanos”.

Realmente, expresó el Cardenal, es un atropello a los derechos políticos el imponer unas elecciones sin condiciones de equidad igualdad y con líderes políticos y partidos invalidados, y con la tarjeta de la MUD descalificada. Es imposible competir en esas condiciones leoninas que el Gobierno, a través del CNE y de la Asamblea Constituyente quieren imponernos a los venezolanos.
En ese sentido respaldó las consideraciones del P. Ugalde en un reciente artículo, en el cual llama a que los venezolanos defendamos nuestros derechos políticos través de un firme rechazo a esas elecciones manipuladas y la exigencia firme y masiva de elecciones presidenciales bien organizadas y equitativas, en tiempos adecuados y necesarios, y en condiciones de justicia, equidad y libertad para los electores y los candidatos En esa línea se entiende el rechazo de esa propuesta de elecciones por parte de un gran número de países cuya defensa de la democracia en Venezuela debemos agradecer.

Cerco antidemocrático y acoso a sacerdotes y obispos

Por otra parte, el Cardenal expresó su preocupación por el endurecimiento del Gobierno en la aplicación del cerco antidemocrático a la disidencia, a la libertad de opinión, a la oposición política. En ese sentido, dice el cardenal, se realizó la ejecución sumaria y totalmente ilegal y anticonstitucional de un rebelde opositor, el Sr. Oscar Pérez, el 15 de enero en el Junquito, cuando ya se había rendido y estaba negociando su entrega. La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana expresó el rechazo del episcopado venezolano a esa acción represiva que viola los derechos fundamentales de mesas personas allí ejecutadas.
Pero, además, se está dando una nueva oleada de ataques a la libertad de expresión y a los derechos de los eclesiásticos. El mismo 15 de enero el Presidente atacó injustificadamente l Arzobispo e Barquisimeto, Mons. Antonio López, y Mons. Víctor Hugo Basabe, Obispo de San Felipe. Los acusaba de incitar al odio en sus homilías. Algo totalmente falso, pues ellos simplemente reflejaron en sus homilías la situación de dolor y sufrimiento del pueblo venezolano. De igual manera, se ha intentado amedrentar a los Obispos de Caracas al convocar a una reunión en el Ministerio de Relaciones Interiores al Obispo. Mons. Tulio Ramírez Padilla, junto con el P. Miguel Acevedo, excelente y prudente sacerdote, párroco de la iglesia de Candelaria. Allí se acusó injustamente al P. Acevedo de algo falso: haber agredido a una señora que había entrado en la Iglesia protestando contra sus palabas en la homilía. El P. Acevedo no respondió a esos ataques y ni siquiera se acercó a esa dama. “No hubo agresión alguna por parte del p. Acevedo a ninguna mujer, como se está queriendo inventar con una matriz de opinión falsa”, resaltó el Cardenal.

Los sacerdotes, dijo el Cardenal, no participamos en la diatriba partidista, pero sí defendemos defenderemos los derechos del pueblo, con el debido respeto a las autoridades, y sin incitar a la violencia o a la rebelión política.

Resolver la emergencia social

El Gobierno, en vez de estar cerrando el cerco antidemocrático contra el pueblo venezolano, debería más bien resolver la pésima situación económica de paralización del transporte, de inflación desbocada, desprecios por las nubes, de hambre y carencia de medicinas. En vez de seguir avanzando en la toma absoluta del poder, debería ocuparse de que en los hospitales no mueran los bebés, y que no haya niños desnutridos, ni gente que muera por comer yuca amarga.

Reporte Católico Laico