Un obispo irlandés renuncia tras celebrar una misa por un cura acusado de abusos

51
John McAreavey, obispo de Dromore (Irlanda),

John McAreavey ha decidido “renunciar con efecto inmediato tras haber molestado a muchas personas”

John McAreavey, obispo de Dromore (Irlanda), ha renunciado tras el enfado de muchos fieles por haber concelebrado una misa de aniversario por la muerte de un sacerdote denunciado por abusos a menores. “Tras los informes de los medios, que han perturbado y molestado a muchas personas en la diócesis y más allá, he decidido renunciar con efecto inmediato”, dijo en un comunicado hecho público por la delegación de medios de la diócesis el pasado 1 de marzo.

Un total de doce personas acusaron al difunto padre Malachy Finnegan de abuso sexual, aunque nunca fue procesado por ello. El obispo McAreavey se convierte en el cuarto miembro de la jerarquía en renunciar en los últimos años después de la crítica pública de su respuesta a las denuncias de abuso, según relata The Tablet.

Apoyo a los inmigrantes y abogar por el control de armas

El nuevo obispo de Las Vegas dice que apoyar a los inmigrantes y abogar por el control de armas serán sus principales prioridades. George Leo Thomas, quien tomará posesión el 15 de mayo, quiere promover una agenda de “compasión y cuidado”, porque “siempre he tratado de mantener los pies en el suelo y atender a las comunidades necesitadas”, explica, según Las Vegas Sun

Thomas, de 67 años, será el tercer obispo en los 23 años de historia de la Diócesis de Las Vegas. Se estima que hay 750.000 católicos en la diócesis, que cubre los condados de Clark, Nye, Lincoln y Esmeralda. Sustituye a Joseph Pepe, que es obispo de Las Vegas desde 2001. “Él sabe cómo llegar a personas con diferentes necesidades pastorales”, dijo Pepe sobre su sucesor.

“Necesitamos una ley que castigue el fanatismo”

Los líderes de las comunidades religiosas en Iraq pedirán al parlamento iraquí que apruebe una ley que castigue penalmente la propaganda religiosa que empuja al odio y a la violencia. Así lo ha comunicado el Patriarcado de Babilonia de los Caldeos, publicando el informe sobre una reunión especial entre los líderes religiosos iraquíes, reunidos en la iglesia de San José, en el distrito de Karrada, por invitación del Patriarca Caldeo, Louis Raphael Sako el pasado 1 de marzo.

En la reunión han participado unos treinta representantes religiosos –musulmanes chiítas y sunitas, cristianos, sabeos y yazidis–, junto con representantes de las oficinas políticas responsables de las dotaciones de las diversas comunidades religiosas y el arzobispo Alberto Ortega Martín, nuncio apostólico en Iraq. “Necesitamos una ley que castigue el fanatismo que empuja al odio”, han indicado, según recoge Fides.

Durante la reunión se ha tenido en cuenta la propuesta de organizar reuniones similares en otras ciudades del país, como Nayaf, y establecer un consejo permanente que reúna periódicamente a los estudiosos y representantes de las diferentes comunidades religiosas. También se ha examinado la propuesta de seguir más de cerca la predicación religiosa en las iglesias, y examinar con más cuidado los cursos que se imparten en los centros de educación religiosa, con el fin de contrarrestar la semilla del fanatismo. “En el día del juicio –ha dicho Sako durante su discurso de apertura de la reunión–, no nos preguntarán si somos sunita o chiítas musulmanes, católicos o cristianos ortodoxos, mandeos o yazidis. Lo que Dios nos preguntará es: ¿qué has hecho por tu hermano? ¿Y qué has ofrecido a tu pueblo?”.