“Si bien es cierto que comunicar es un oficio es también un don. Un don que debe ser cultivado, prodigado y compartido con humildad, respeto y apego a los valores que inspiran nuestra profesión. Valores que, al fin y al cabo, es su defensa la que confiere sentido a nuestro paso por este mundo”.
Estas palabras fueron pronunciadas por la periodista venezolana y colaboradora de Aleteia, Macky Arenas, la noche del 18 de octubre durante la gala del Premio Monseñor Pellín, cuya XV edición fue entregada por representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.
Arenas recibió por segunda ocasión la estatuilla del “Pellín”, siendo distinguida en esta ocasión como Personaje de Televisión del Año, lo cual le valió el honor de dirigir un mensaje en nombre de los demás periodistas premiados.
Su mensaje fue coincidente con el lema: “Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos” que marcó al premio después del receso de doce años. En esta ocasión, además, se estableció una mención especial dedicada al Papa Francisco, para honrar a quienes contribuyeron a mostrar al Santo Padre de una manera positiva.
“El premio Monseñor Jesús María Pellín no es sólo una distinción, sino que, al evocar a ese gran valor del periodismo y de la Iglesia, nos invita también a emular sus virtudes”, expresó Macky Arenas, responsable del portal Reporte Católico Laico.
Dijo que este venezolano nacido en Caracas el 22 de octubre de 1892, y que llegó a ser director del diario La Religión, el decano de la prensa nacional, “tenía una clara conciencia de que el periodismo es modelaje, lo cual implica una forma de liderazgo y, por lo tanto, un compromiso muy serio, alejado del divismo y la superficialidad”.
Macky Arenas estimó que el periodismo, “al mismo tiempo que es una profesión es, también, una vocación pero quizá, ante todo, un apostolado. Tiene algo de religioso en el sentido más amplio de la palabra, pues requiere de entrega y capacidad de sacrificio”.
Amparada en palabras del periodista y escritor polaco Richard Kapucinsky (1932-2007), pronunció que quien ejerce esta profesión “Debe ser, primero que nada, buena persona…las malas personas no pueden ser buenos periodistas”.
Cerró expresando su admiración y respeto por sus colegas periodistas, “no solo por su coraje y persistencia en este combate duro, pero hermoso, sino porque, comunicando buenas o malas nuevas, poseen una cualidad que se empina por sobre todas las tentaciones en contrario: son, sobre todo, buenas personas”.
Se le reconoció con el Trabajo Periodístico Pastoral del Año, debido al reportaje: “Venezuela: ¿Un sacerdote multiplica los panes en plena crisis?”, publicado en este portal y referente a las “Ollas solidarias” que realizan diariamente en la Iglesia “San Francisco de Asís” de El Tocuyo, estado Lara, al occidente de Venezuela.
“Tuve la oportunidad de compartir con colegas periodistas, hermanos en la fe e integrantes de movimientos de apostolado, así como con algunos de los obispos y sacerdotes que asistieron a estas premiaciones”; refirió en su perfil de Facebook.
Por su parte, el cardenal Baltazar Porras Cardozo, durante una de las entrevistas previas a la entrega, manifestó que “con la XV edición del Premio Monseñor Pellín, queremos reconocer y estimular las manifestaciones de alta calidad artística, de contenido ético y de valores cristianos, difundidos a través de los medios de comunicación social”.