Navidad: ¿Hay algo que celebrar en Venezuela?

El Arzobispo de Caracas, invita a celebrar la Navidad a pesar de los "tiempos oscuros", y sugiere luchar en pro del bien común, y sin dejarse llevar por la violencia, el odio o el rencor

73
 Mensaje de Navidad de monseñor Jorge L. Urosa Savino,  Cardenal  Arzobispo de Caracas

“La Navidad es una fiesta religiosa. Es la fiesta de la manifestación de la misericordia y de la bondad de Dios, nuestro amoroso Padre celestial, que ‘¡tanto amó al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida y vida abundante!’.

De esta manera el cardenal Jorge Urosa Savino define la celebración del Nacimiento de Jesús, al tiempo que invita a celebrar este importante acontecimiento, según expresó a través delMensaje de Navidad: Luz en las Tinieblas, difundido este 12 de diciembre, y enviado desde la Arquidiócesis de Caracas.

Urosa explica qué es la Navidad

“Al festejar el cumpleaños de Jesús lo hacemos con profunda fe en el amor infinito de Dios, que ha querido hacernos hijos suyos, discípulos de Cristo y miembros de la Santa Iglesia Católica para abrirnos las puertas del cielo; para darnos la salvación y la felicidad eternas”, dice el mensaje navideño.

“Navidad es luz en las tinieblas”, argumentó afianzado en el Evangelio de San Juan. “A pesar de la oscuridad que nos rodea, celebremos la Navidad, llena de la luz de Cristo, reafirmando nuestra fe en el amor de Dios, participando en los actos religiosos, y festejando sobriamente, en familia, la venida del Niño Dios a nuestras vidas”, añadió.

Igualmente expresó que Navidad es la luminosa y alegre manifestación de la inmensa bondad de Dios. “Recibamos sus dones de amor y salvación con un corazón abierto, y seamos constructores de la paz en medio de nuestros hermanos”.

Exhortó a que no falte en ningún hogar el Nacimiento, “así sea sencillo y humilde”.

Además, invitó a la celebración eucarística el 25 de diciembre y el 1 de enero, “recibiendo los sacramentos de la Reconciliación y la Comunión”, y “abriendo nuestros corazones a los pobres, y llevando alegría a nuestros semejantes”.

Con los pies en la realidad del país

El arzobispo de Caracas reconoció que en Venezuela se viven tiempos muy difíciles, hasta el punto de que algunos dicen que no se puede celebrar la Navidad.

“Ante esa afirmación derrotista nosotros, los católicos, sentimos que hoy, más que en otras ocasiones, en estos tiempos oscuros, es preciso celebrar la Navidad”, señaló.

Urosa describe estos tiempos que se viven en Venezuela como “duros, de penuria, angustia e incertidumbre”, no obstante, invita “a renovar la vivencia de la fe” para acoger y anunciar “la paz que Cristo, Rey pacífico, vino a comunicar” a los hombres.

“Las circunstancias actuales de grave crisis política, económica y social, nos exigen a todos los cristianos, independientemente de nuestras simpatías políticas, el trabajar activamente por la paz”, sostiene en su mensaje.

“Debemos luchar activamente en defensa de nuestros derechos, en pro del bien común, en favor de los grandes valores de la libertad, la justicia y el progreso, pero sin dejarnos llevar nunca por la violencia, el odio o el rencor”, demandó.

Con las víctimas de la violencia. Para el cardenal Urosa este es un momento muy grave y duro en la historia del país. “Para que haya paz entre nosotros es preciso que se imponga en todos los corazones la necesidad de respetarnos mutuamente: de respetar y defender los derechos del pueblo, de respetar las opiniones de los demás”, propuso.

También llamó a ser solidarios con los más pobres y necesitados, intenciones por las cuales “hemos de orar fervientemente en este tiempo de preparación a la fiesta navideña, que debe ser para cada familia, para cada uno de nosotros, una oportunidad de crecer en el amor, en la esperanza, en la fe en Dios vivo y presente en nuestra historia”.

Finalmente manifestó su solidaridad con quienes tienen un luto reciente, las víctimas de la violencia, los que pasan hambre, presos y enfermos, “quienes se sienten solos y abandonados” y “los que sufren”. A todos impartió su “afectuosa bendición episcopal” y deseó “una Navidad muy feliz y un año 2018 lleno de abundantes bendiciones”.

A continuación el mensaje Completo:

Navidad: Luz en las Tinieblas

 Mensaje de Navidad

+Jorge L. Urosa Savino,  Cardenal  Arzobispo de Caracas

Caracas, 12 de diciembre de 2017

A los venerables sacerdotes y diáconos, a las religiosas y religiosos y a todos los fieles de la Arquidiócesis de Caracas: Salud y Bendición en  el Señor.

Mis queridos hermanos:

Vivimos en Venezuela tiempos muy difíciles, hasta el punto de que  algunos dicen que no se puede celebrar la Navidad.  Ante esa afirmación derrotista nosotros, los católicos,  sentimos que hoy, más que en otras ocasiones, en estos tiempos oscuros, es preciso celebrar la Navidad.

Porque la Navidad, mis queridos hermanos, no es un carnaval, una fiesta sin sentido ni causa. Es la celebración del amor de Dios manifestado en Nuestro Señor Jesucristo, rostro de la misericordia del padre. Por esto,  en estas semanas de  Adviento nos preparamos para celebrar con alegría la venida  de Jesús el Señor, el Hijo de Dios hecho carne, a nuestra realidad humana. La Navidad es una fiesta religiosa.  Es  la fiesta de la  manifestación  de la misericordia y de la bondad de Dios, nuestro amoroso Padre celestial, que “¡tanto amó al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida y vida abundante!” (1)

La Navidad es la  celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret, Dios y hombre verdadero, nuestro hermano, redentor y salvador, el Alfa y Omega de la historia  y de la humanidad. Al festejar el cumpleaños de Jesús lo hacemos con profunda fe en el amor infinito de Dios, que ha querido hacernos hijos suyos, discípulos de Cristo y miembros de la Santa Iglesia Católica para abrirnos las puertas del cielo; para darnos la salvación y la felicidad eternas.

Por estas razones  es tan hermosa la Navidad. El cántico de los ángeles en Belén reveló a los pastores la finalidad  del nacimiento del Niño Dios: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el señor” (2). Cristo nace en Belén para dar gloria a Dios y para traer paz alegría y felicidad  a los seres humanos. Por esa razón nos llenamos de gozo y esperanza aun en medio de  dificultades. Y debemos convertirnos y prepararnos con un corazón renovado a recibir a Jesús en nuestras vidas, en nuestra existencia diaria, y particularmente en cada familia.

Precisamente en estos tiempos duros, de penuria, angustia e  incertidumbre, es preciso renovar la  vivencia de nuestra fe,  para acoger y comunicar la paz que Cristo, Rey pacífico,  ha venido a comunicarnos. Las circunstancias actuales de grave crisis política, económica y social,    nos exigen a todos los cristianos, independientemente de nuestras simpatías políticas, el trabajar activamente por  la paz. Debemos luchar activamente en defensa de nuestros derechos, en pro del bien común, en   favor de los grandes valores de la libertad, la justicia y el progreso, pero sin dejarnos llevar nunca por la violencia, el odio o el rencor.

Sin duda alguna este es un momento muy grave y duro en la historia del País. Para que haya paz entre nosotros es preciso que se imponga en todos los corazones la necesidad de  respetarnos mutuamente: de respetar y defender  los derechos del pueblo, de respetar las opiniones de los demás. Hemos de ser solidarios con los más pobres, y compartir nuestros bienes con los necesitados. Por estas intenciones hemos de orar fervientemente en este tiempo de preparación a la fiesta navideña, que debe ser para cada familia, para cada uno de nosotros, una oportunidad de crecer en el amor, en la esperanza, en la fe en Dios vivo y presente en nuestra historia.

Queridos hermanos: Navidad es luz en las tinieblas (Cfr. Jn 1, 5). A pesar de la oscuridad que nos rodea,   celebremos  la  Navidad, llena de la luz de Cristo, reafirmando nuestra fe en el amor de Dios,  participando en los actos religiosos, y festejando sobriamente, en familia,  la venida del Niño Dios a nuestras vidas. Que no falte en ningún hogar el Nacimiento, así sea sencillo y humilde. Participemos activamente acudiendo a la celebración eucarística el 25 de diciembre y el 1 de enero, recibiendo los sacramentos de la Reconciliación y la Comunión, abriendo nuestros corazones a los pobres, y llevando alegría a nuestros semejantes.

Navidad es la  luminosa y alegre manifestación de la inmensa bondad de Dios. Recibamos sus dones de amor y salvación   con un corazón abierto, y seamos constructores de la paz en medio de nuestros hermanos.

Manifiesto  mi más viva solidaridad con quienes tienen un luto reciente, con  las víctimas de la violencia, con los que pasan hambre,  los  presos y  los enfermos, con quienes  se sienten solos y abandonados,  y con todos los que sufren,

 Con mi afectuosa bendición episcopal les deseo una Navidad muy feliz y un año 2018 lleno de abundantes bendiciones celestiales.

+Jorge L. Urosa Savino

Cardenal Arzobispo de Caracas

El arzobispo de Caracas reconoció que en Venezuela se viven tiempos muy difíciles