La iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario ayer se vistió de gala. Centenares de devotos participaron de la santa eucaristía. Los integrantes de más de 15 grupos chimbangleros retumbaron cada rincón del casco central con el toque de sus tambores. El ajé contagió a quienes asistieron para pagar sus promesas.
La fe se desbordó ayer en la parroquia La Rosa, en Cabimas. Cientos de devotos partieron desde las adyacencias de la iglesia La Catedral para recorrerla en compañía de la imagen de San Benito de Palermo. Ya es tradición que cada 27 de diciembre se realice la segunda procesión más concurrida en el país. Dicha ruta y la de Ambrosio, se sortean cada año el gozo de esta costumbre que la disfruta propios y extraños.
La santa eucaristía la presidió el monseñor Ángel Caraballo, administrador apostólico de la Diócesis de Cabimas. Durante la homilía de casi una hora exhortó un mensaje de la vida y obra del santa negro cargado de fe y sencillez.
“Cuando veneramos a San Benito, le damos las gracias a Dios. Hay virtudes de la vida de San Benito que nosotros debemos repetir, como lo es la solidaridad. Sería necesario poner a disposición de Dios y de nuestros hermanos nuestros talentos y virtudes. San Benito sirvió a los demás, sobre todo a los más necesitados, igual podemos hacer nosotros”.
La iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario ayer se vistió de gala. Centenares de devotos participaron de la santa eucaristía. Los integrantes de más de 15 grupos chimbangleros retumbaron cada rincón del casco central con el toque de sus tambores. El ajé contagió a quienes asistieron para pagar sus promesas. Los alcaldes, Pedro Duarte, de Cabimas, y Alenis Guerrero de Santa Rita, también acudieron a la tradicional eucaristía.
La procesión contó con la participación de más de 200 funcionarios policiales. El próximo seis de enero, San Benito, llama a una nueva cita. Esta vez recorrerá la parroquia Ambrosio.-
La Verdad
