El arzobispo emérito Ovidio Pérez Morales adelanta a RCL que “habrá buenas sorpresas” durante la primera asamblea anual del Episcopado, en la que está prevista la elección de una nueva directiva para la Iglesia venezolana, la cual surge en momentos cuando gobierno y oposición intentan un nuevo proceso de “diálogo”.
“No es que el emérito pasa a una situación de retiro, sino que adquiere un nuevo compromiso en las actividades evangelizadoras de la Iglesia”
“Creo que estamos comenzando un año realmente crucial para el país, y el laicado venezolano debe estar muy atento a su responsabilidad”
“Por parte del Episcopado… saldrán algunas luces y orientaciones para la reunión de República Dominicana” entre gobierno y oposición
“Debemos resaltar la importancia creciente que van teniendo los eméritos en la Iglesia. Somos la cuarta parte de los obispos del mundo”
Reporte Católico Laico conversó con Ovidio Pérez Morales, un obispo tachirense de extraordinaria relevancia para el episcopado y un claro referente latinoamericano en materia de ética, profundamente conocedor del papel de los laicos y de la responsabilidad política en los asuntos de Venezuela.
El también asesor de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) analizó el papel del órgano colegiado de la Iglesia, cuando se alista a elegir en sesión ordinaria este enero, a una nueva directiva que tendrá la compleja responsabilidad de pastorear a la nación durante tres años, en medio de la más grave crisis humanitaria de la nación sudamericana.
Por razones de edad, tres obispos salen del complejo ajedrez de mando en el país; al menos desde el punto de vista de cargos y de exposición mediática. No obstante, lejos de pasar a retiro, asumirán nuevas responsabilidades, algunas de ellos en su rol de asesores.
Entre los cambios figura un cardenal y un ex presidente de la CEV, quien está a cargo hasta ahora de la importante arquidiócesis de Maracaibo. El tercero es nada menos que el actual presidente del Episcopado.
¿Qué novedad podemos esperar de la asamblea de los obispos que está a punto de realizarse?
-En esta asamblea habrá un examen de la situación del país por parte de los obispos y un documento que se publicará con propuestas. Creo que va a ser muy importante porque en la situación concreta que tenemos en Venezuela, de tan graves carencias, está abierta también a que el Episcopado trace algunas líneas de acción, las cuales comprometen a toda la Iglesia, y por tanto también a los seglares.
Y creo que estamos comenzando un año que es realmente crucial para el país y por tanto el laicado venezolano debe estar muy atento a su responsabilidad y a la respuesta que del evangelio tiene que dar a los desafíos de la nación.
Los días 11 y 12 de enero está prevista una nueva reunión en el marco del proceso de negociación política entre gobierno y oposición, en un esquema denominado de diálogo, que se llevará a cabo en República Dominicana. ¿Qué espera usted de este encuentro?
-Yo espero que haya una reflexión al respecto por parte del Episcopado, de donde saldrán algunas luces y orientaciones para la reunión de República Dominicana. Pienso que ahí se van a sentar ciertos principios y se van a trazar ciertos criterios con respecto a lo que tiene que ser el diálogo en estos momentos en la situación concreta del país.
Usted es considerado un alto asesor de la Iglesia en Venezuela. Hay algo que nos pueda adelantar al respecto…
-Creo que va a haber buenas sorpresas.
Tenemos cambio de directiva en la CEV, ¿qué les dice a los obispos que salen y a los que entran, tras el habitual proceso de renovación trianual que está por darse?
-Bueno, yo como obispo emérito (jubilado) estoy contento de que algunos obispos más van a entrar en el ‘sindicato’ de los eméritos… El arzobispo de Caracas (cardenal Urosa Savino), el arzobispo de Maracaibo (Ubaldo Santana) y el arzobispo de Cumaná (Diego Padrón, actual presidente de la CEV)…
¿Qué peso tiene un obispo emérito en los asuntos de la Iglesia?
-Una cosa que debemos resaltar es la importancia creciente que van teniendo la presencia de los eméritos dentro de la Iglesia. Nosotros somos casi la cuarta parte de los obispos de todo el mundo. Los eméritos.
Y no es que el emérito pasa a una situación de retiro, sino que adquiere un nuevo compromiso en las actividades evangelizadoras de la Iglesia. De manera que el emérito no es parte de retiro o de inactividad, sino que asume un nuevo campo de trabajo que se abre en colaboración muy estrecha con el episcopado activo, de los residenciales, pero en una actividad sumamente importante.
¿Por qué será que la mayoría de los eméritos hablan más duro, con más contundencia?
Bueno, naturalmente, hay una cosa que con humildad nosotros tenemos que aceptar: y es que uno cambia en la condición de emérito… Uno tiene en cierto sentido mayor libertad de opinión, pero eso lo afirma uno con gran humildad, porque al tener uno más libertad hay ciertamente mayor amplitud de opinión; eso también lo lleva a uno a asumir una mayor responsabilidad.
Carlos Zapata | Reporte Católico Laico