Iglesia de Lara realiza la “bajada” de la Divina Pastora

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“Ya viene bajando la princesa ataviada como una novia para su esposo”.

Hoy 05 de enero, en el templo de Santa Rosa será la bajada de la Divina Pastora. Habrá una eucaristía a las 6:00 de la tarde y cuando termine descenderán la imagen del retablo para llevarla en hombros hasta el trono dispuesto a pocos pasos de la entrada de la iglesia.

Desde que se fijó en el calendario este acto como parte de las actividades en honor a la patrona de los larenses suele hacerse el 5 o 6 de enero, de modo que a partir de ese día comience la novena dedicada a la Virgen.

Mover la imagen era una tarea parte de los preparativos normales de la procesión; cuando los feligreses llegaban el 14 de enero ya la imagen estaba abajo sobre su trono. Sin embargo, el padre Rafael Chávez fue el primero en organizarlo como un acto público con misa de sanación incluida. Esta vez, será una eucaristía ordinaria.

En el sitio donde se coloca el trono, explicó el sacerdote asesor de medios de comunicación de la Arquidiócesis de Barquisimeto, Jesús Ramírez, confluyen el altar mayor, las puertas laterales y la principal, ubicación que facilita la distribución y la visión de las personas.

Este año, como nunca ha ocurrido antes, la Divina Pastora aparecerá ante los fieles con el mismo vestido con el que saldrá a la procesión el 14 de enero. “Eso tiene varias razones.

Una, porque queremos volver al origen de la visita y hemos estado notando que el vestido ha desvirtuado un poco la visita. Entonces, se estaba prestando mucha atención al vestido y se estaba perdiendo el sentido religioso. Otra razón es porque es incoherente que gastemos tanto dinero. Por mucho amor que se tenga a la Virgen, hay realidades que nos hacen saltar la incoherencia, cuando podemos destinar el dinero a la caridad”, justificó Ramírez.

Significado

El hecho de bajar a la Pastora de Almas desde el retablo, detalló Ramírez, no solo sirve para mirar de cerca la imagen de la Virgen: “Es el sentido de decir ‘ya vamos saliendo’.

Más que acercarse al pueblo, es llamarlos a prepararnos para la procesión, lo cual supone que una imagen que representa una realidad religiosa nos acompaña en el caminar. Una peregrinación, en cambio, es cuando una persona va hasta el lugar, como México (y la Virgen de Guadalupe)”. Es ocasión para orar, afianzó el presbítero.

Además, tiene relación con el pasaje bíblico del Apocalipsis que reza: “Ya viene bajando la princesa ataviada como una novia para su esposo”. Esta frase, interpretó Ramírez, habla de la Iglesia, pero en este caso se hace referencia a la Virgen que viene ataviada para su esposo que es Dios. (El Impulso)