La doctora estadounidense Priscilla K. Coleman, profesora de desarrollo humano y estudios de la familia en la universidad de Bowling Green State, en Ohio, ha publicado en diciembre de 2017 en la revista científica American Physicians and Surgeons (Médicos y Cirujanos Americanos) un estudio demostrando que las mujeres que han abortado sufren una gran variedad de severos trastornos psicológicos y traumáticos.
En este estudio llamado “Mujeres que han sufrido emocionalmente por abortar: una síntesis cualitativa de sus experiencias” 987 mujeres de todo Estados Unidos excepto Hawaii han respondido diversas preguntas de índole psicológica tras haber abortado.
Vergüenza, arrepentimiento y baja autoestima
A la pregunta de qué efectos negativos atribuían al aborto, un 23,7% de las encuestadas reconocieron que habían quitado una vida. Otras mencionaron que sufrían depresión (14,7%), remordimientos (14%), baja autoestima y otros sentimientos negativos hacia sí mismas (12,4%), vergüenza (10,9%) y arrepentimiento (9,3%).
“Mi bebé murió por mi elección”, declaró una de las encuestadas, tal y como recoge LifeSiteNews. “No he podido hablar de esto con nadie en 30 años excepto mi marido, que se siente impotente y avergonzado por mi dolor”.
Muchas de ellas mencionaron también tener conductas autodestructivas como consecuencia negativa de haber abortado. Esto incluía la adicción a las drogas u otras sustancias (9%), promiscuidad, castigos autoinfligidos, malas decisiones (7,7%), o incluso pensamientos suicidas (6,2%).
No quieren que les ocurra a otras personas
A estas mujeres también se les preguntó sobre los efectos positivos de haber abortado. Sobre esto, declararon que, tras haberse arrepentido, habían profundizado más en sus vidas espirituales (17,5%). Otras aseguran haber decidido realizar labores de voluntariado en centros pro-vida (13,3%).
“Como voluntaria del centro de crisis de embarazo (CPC), he conseguido convencer a muchas mujeres de que al menos esperen a hacerse un ultrasonido antes de tomar una decisión”, ha declarado una de ellas. “Seguramente nunca me habría convertido en voluntaria si no hubiese abortado y sufrido las consecuencias”.
En otro estudio publicado en 2011 (“Aborto y salud mental: una síntesis y análisis de las investigaciones comprendidas entre 1995 y 2009”), la doctora Coleman demostró que el aborto incrementaba en un 155% el riesgo de suicidio en las mujeres. Además, relacionaba directamente algunas enfermedades mentales con este tipo de intervenciones.
También contenía más de 50 referencias sobre otras investigaciones relacionadas con consecuencias psicológicas del aborto en las mujeres y cuidados médicos pre-natal.
Consecuencias avaladas por otros informes
Este último estudio de 2017 confirmó a su vez otras investigaciones de la propia doctora Coleman que realizó en 2003 y 2005 en las revistas Medical Science Monitor y Psychology and Health respectivamente.
Expertos como el doctor Elard Koch en 2013 o Gregory Pike en 2017 han publicado también varias investigaciones ratificadas por este último estudio. Algunos testimonios como el de Esperanza Puente confirman las experiencias que dicen sufrir las afectadas por el aborto.
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