Director de la Escuela de Educación de la UCAB llama a superar “militancia partidista” de las aulas

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José Javier Salas, Director de la Escuela de Educación de la UCAB

El académico sugiere tomar medidas para frenar la deserción escolar y brindar opciones que permitan estimular la continuidad de un trabajo ética y moralmente aceptable en la formación de las juventudes. Piensa que la lucha es también en las aulas y está convencido de que, con esfuerzo y vocación, se puede ganar.

José Javier Salas considera urgente que los educadores retomen la esencia de su vocación y sugiere “desmontar la desesperanza oficialista”. Tras reivindicar el trabajo de la Universidad Católica Andrés Bello, considera que las casas de estudios venezolanas deben ser tribunas para “dignificar la profesión”.

A través de una nota de prensa de la UCAB, el académico destacó la importancia de motivar a los jóvenes a formarse como docentes con un pensamiento que apunte a superar la crisis y que pese a la “dura realidad” que impulsa la deserción de miles de profesionales brinde soluciones ante el cada vez más alto número de “quienes han abandonado las aulas para dedicarse a otras tareas, o han emigrado al exterior en busca de mejores oportunidades”.

En Venezuela, de acuerdo con cifras del Ministerio de Educación, un docente recién graduado gana desde enero de 2018 un total de 1.189.689 bolívares. El monto equivale apenas al 9% del monto necesario para adquirir la canasta básica familiar del país, que según Cendas cuesta más de 13 millones de bolívares.

En opinión del director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, José Javier Salas, “la situación del docente venezolano es alarmante”, pero no exclusivamente por razones económicas sino debido al deterioro general del sistema educativo fomentado desde el gobierno.

Recordó que “no hay incremento de sueldo que resista la pérdida del poder adquisitivo del bolívar”, pero sostuvo que “en el caso del docente el escenario es aún más preocupante, porque el sistema educativo está siendo utilizado como espacio para la ‘militancia política’ para asegurar la permanencia en el poder”.

Política oficial que premia la mediocridad

Salas advierte que el ejercicio profesional ha sido “minado por una política oficial” que ha institucionalizado “la mediocridad, la irresponsabilidad y la promoción del pensamiento político partidista”. Sustenta su posición argumentando una serie de ideas que, insertadas en un grueso de la población estudiantil, mostrarían el progresivo adoctrinamiento de buena parte de la población venezolana:

Deserción estudiantil. “¿Para qué ir a clases si igual voy a pasar? ¿Acaso no produzco más trabajando que estudiando? ¿Para qué ser profesional si de todas formas no podré satisfacer mis necesidades?”.

 Ausencia de expertos en áreas como matemáticas, física, química y biología. “La apuesta del gobierno ha sido la formación desde la generalidad, la superficialidad y la partidización educativa”.

La “constitución de grupos estudiantiles orientados promover la opción oficialista” y la “reconstrucción de la historia” a través de libros que buscan “enaltecer los logros de la revolución y exacerbar los fracasos previos a 1999, todo amparado en la ausencia de profesionales calificados y la progresiva incorporación de profesores ‘comprometidos con el proceso’”.

No obstante, el educador sugiere desmontar la desesperanza; por lo cual, considera que el año 2018 debe ser entendido como una un fecha “crucial” para promover desde las aulas los valores democráticos.

“Tenemos que derrochar didáctica”

El “2018 es un año decisivo para los docentes. Nos hemos preparado para educar en libertad, para el desarrollo sostenible y la construcción de una colectividad corresponsable de su futuro”, indica. Por ello, agrega: “Ahora es cuando debemos derrochar didáctica para explicar con lujo de detalles la verdadera realidad” del país y tomar medidas concretas al respecto.

Es fundamental bajo este esquema, mostrar un trabajo “honesto y comprometido, con la organización y la lucha no violenta, con la verdad y la fe como escudos”. Tras resaltar la obra de la Compañía de Jesús en Venezuela, sostuvo que la educación debe ser asumida como una fiesta del conocimiento y de la construcción del futuro, “y no como un acto fúnebre al cual no tenemos más remedio que asistir”.

Carlos Zapata | Reporte Católico Laico