“La Iglesia en Venezuela no le teme a Maduro”

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Monseñor José Luis Azuaje.

El nuevo presidente del episcopado venezolano analiza la delicada situación en el país y asegura que los obispos cuentan con el respaldo del Vaticano ante las investigaciones ordenadas por el gobierno contra obispos según la llamada “ley del odio”

 Los obispos no tienen miedo, aunque Nicolás Maduro dé la orden a su gobierno de investigarlos para meterlos en prisión por leer una homilía crítica en una celebración. Lo afirma el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, José Luis Azuaje. En entrevista exclusiva con el Vatican Insider, el obispo de Barinas acusó al Estado de tergiversar en el caso de dos obispos investigados y se refirió, además, a un posible escenario electoral para este año en su país.

 El lunes 15 de enero, el presidente venezolano ordenó enero investigar a dos obispos en el marco de la “ley del odio”, un recién creado instrumento legal que prevé penas de cárcel de hasta 20 años, y les acusó de ser “diablos con sotana”. Se trata del arzobispo de Barquisimeto, Antonio López Castillo, y el de San Felipe, Víctor Hugo Basabe, hasta hace poco secretario del Episcopado.

Ambos se refirieron a la grave crisis humanitaria que atraviesa el país. Lo hicieron en sus mensajes a propósito de la festividad de la Divina Pastora, la más multitudinaria de Venezuela y una de las procesiones marianas más grandes del mundo, comparable solo con la movilización alcanzada en las advocaciones de Fátima y Nuestra Señora de Guadalupe.

“Me duele ver a muchos venezolanos buscando comida en los basureros”, dijo López. “No son ustedes, muchachos, los que tienen que irse. Si alguien tiene que irse de Venezuela es el responsable de este desastre al que nos han conducido. Si alguien tiene que irse es quien es responsable de que miles de niños hayan atravesado el límite de la desnutrición severa”, afirmó Basabe.

Sus palabras se hicieron virales tras difundirse audios en las redes sociales y plataformas como WhatsApp. No tardaron en llegar a los oídos de Maduro, quien atacó haciendo uso de la “ley del odio”, fruto legislativo de la Asamblea Constituyente calificada de inconstitucional por los obispos y desconocida por un centenar de países, incluido el Vaticano. El “engendro estratégico de carácter político”, como le llamó el arzobispo Diego Padrón al dejar la presidencia del Episcopado, ya cobró sus primeras víctimas: un hombre y una mujer que protestaron el 3 de enero por falta de comida en el estado de Carabobo. Fueron detenidos y serán juzgados por “instigación al odio”.

La amenaza de Maduro generó múltiples reacciones y rumores. Por las mismas redes se difundió, incluso a nivel internacional, que los obispos habían sido detenidos, pero se trataba de noticias falsas. “No estoy preso. Estoy bien. Estoy en casa… Seguimos rezando a la Virgen, la Madre de Dios”, dijo López Castillo al Vatican Insider. La solidaridad fue inmediata: Llegó desde variados puntos, del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM al gobierno de los Estados Unidos.

“Las palabras emitidas por el Sr. Presidente en la alocución de su ‘memoria y cuenta’ el día 15 de enero, pidiendo a 4 instancias de los poderes del Estado revisar lo expresado por Mons. Antonio López Castillo, Arzobispo de Barquisimeto y Mons. Víctor Hugo Basabe, Obispo de San Felipe, en las homilías del día de la Divina Pastora, certificando que son acciones que constituyen ‘verdaderos delitos de odio…’, son una prueba más de que dicha ley está concebida para aplicarla y criminalizar a todo aquel que le cause malestar al gobierno y sus postulados”, dijo la Iglesia al fijar posición como cuerpo colegiado.

Nicolás Maduro, agregó en un comunicado, “ha tergiversado totalmente el mensaje dado por los obispos, particularmente por Mons. Víctor Hugo Basabe, con el objetivo de hacer ver que los obispos incurren en delitos. La verdad de lo que sucede en el país, ha quedado evidenciado en las homilías pronunciadas ese día”. Así comentó la situación el presidente Azuaje:

 Tras el comunicado, ¿cómo están los obispos en Venezuela? 

Después de lo dicho por el presidente Maduro, y sobre todo la respuesta que ha habido, no solamente de los hermanos obispos sino de un conglomerado de personas e instituciones a nivel internacional, eso nos ayuda a vislumbrar la gravedad del asunto. No se puede tener –como ocurrió- una actitud de amedrentamiento, ni pretender tergiversar por parte del Estado la verdad que todo el mundo la vive y sobre todo el pueblo, que la está sufriendo.

 ¿Ustedes se consideran intimidados después de esta amenaza de Nicolás Maduro? 

No. Lo dijo monseñor Antonio López: ¡En absoluto! Nosotros cumplimos nuestra misión evangelizadora de promover todo aquello que vaya en bien de los seres humanos. Eso pasa por hacer un análisis de la realidad, y en este análisis hay cosas que no van a gustar y tenemos que decirlas. El problema es que aquí, en Venezuela, hay muchos canales (de televisión) que han cerrado y los medios, la prensa, realmente no pueden decir muchas cosas…

 ¿Por qué? 

Porque los censuran y les pueden cerrar incluso sus medios. Entonces, la Iglesia habla con plena libertad al poder asumir dentro de un discernimiento el análisis de la realidad y de todos aquellos elementos que vemos que no funcionan en el país.

En distintos comunicados la Conferencia Episcopal ha pedido una nueva directiva para el poder electoral venezolano. Además, a través del filtrado borrador de diálogo entre gobierno y Mesa de la Unidad se conoció que habría elecciones presidenciales en el segundo semestre de 2018… ¿Cree que habrá comicios este año?

Las elecciones están estipuladas hacia diciembre de 2018 pero no sabemos si ocurrirán porque, como cualquier orden del ejecutivo, las cumplen los demás poderes. Lo que se ha pedido siempre, un llamado no solamente de la Iglesia sino de todas las instituciones que son democráticas, es que realmente el Consejo Nacional Electoral (CNE) obre en función del pueblo y no en función de una parcialidad política. Es por eso que se ha pedido que haya un nuevo CNE y unos nuevos rectores (electorales); o que al menos haya participación de las distintas instancias políticas del país.

 Si se diera un escenario de detención o prisión de un prelado venezolano, como ocurre en China, ¿ustedes se han planteado esa posibilidad? 

No. No creemos… primero, porque no hubo ningún delito. Y en segundo lugar: ahí está el pueblo, que conoce a sus pastores. Y el pueblo apoya a sus obispos. Acabamos de constatar una gran solidaridad; y más que solidaridad, una enorme fraternidad que ha tenido el pueblo con sus pastores, en las distintas diócesis, tanto en Barquisimeto como en San Felipe, y más allá: en toda Venezuela. Por eso nosotros, en nuestro comunicado, decíamos que pueden contar con la Iglesia que peregrina en Venezuela. Pueden contar con los feligreses en las propias diócesis… Y eso sin pensar en la solidaridad inmensa de los distintos países que hemos recibido: el CELAM que aglutina las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, algunos episcopados que están llegando aún hoy de Europa, múltiples instituciones europeas.

 Significativo… 

Creo que esto dice mucho acerca de la comunidad, acerca de la comunión, la solidaridad y la fraternidad que no solamente es con los dos hermanos obispos, sino con toda la Iglesia en Venezuela; y celebramos el ambiente realmente católico que está haciendo una labor en favor de sus hermanos, el cual se ve reflejado ahí: estamos realmente acompañados. Y acompañados por el mundo entero.

 ¿Han tenido alguna noticia directa del Vaticano con respecto a este caso en particular? 

Sí ha habido solidaridad. Porque cada sede tiene su instancia en cada una de las nunciaturas apostólicas, y ciertamente estamos en plena comunión; y se siente profundamente esa solidaridad y acompañamiento -a través del nuncio- del Papa Francisco, y de todas las instancias del Vaticano.

 Carlos Zapata| Vatican Insider