El obispo de Phoenix crea un programa para formar líderes católicos que lleven a Cristo al mundo

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Thomas J. Olmsted, obispo de la diócesis de Phoenix, en el Estado de Arizona (Estados Unidos)

El obispo de la diócesis de Phoenix, en el Estado de Arizona (Estados Unidos), Thomas J. Olmsted, ha puesto en marcha una iniciativa para formar líderes católicos “para el mundo”. Tal y como explica Jaime Septién en Aleteia, la “Iniciativa de Liderazgo Tepeyac” (el cerro en la actual Ciudad de México, donde se apareció la Virgen de Guadalupe a san Juan Diego entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531) tiene por objetivo ayudar a los laicos católicos “a encontrar su misión de liderazgo”.

Estar preparados

El obispo Thomas J. Olmsted recuerda que en 1531 “un hombre nativo americano llamado Juan Diego recibió de Nuestra Señora la más imposible de las misiones en una colina llamada Tepeyac. Dentro de la primera década del milagro, la Madre de Dios y el Espíritu Santo llevaron a millones de personas en el Nuevo Mundo a encontrar a Jesucristo y convertirse en miembros de la Iglesia”.

Tomando en consideración el “acontecimiento guadalupano”, la diócesis de Phoenix está comenzando la Iniciativa de Liderazgo Tepeyac (TLI) en la que se invita a profesionales católicos de todos los campos, enfermeras, oficiales de policía, dueños de negocios, etcétera, “a estar preparados para una misión de liderazgo a través de un encuentro con la bondad, la verdad y la belleza”.

Laicos equipados

Se trata de un modelo de desarrollo de liderazgo único en su tipo. Según ha dicho el obispo Olmsted, el programa TLI dará a los laicos que se adhieran a él las herramientas necesarias y suficientes “para construir una comunidad en la que las personas puedan florecer y el bien común pueda avanzar”.

Más adelante, en su reflexión, el prelado subraya que el liderazgo en Estados Unidos generalmente está asociado con profesionales en los negocios, el sector sin fines de lucro, la política o la academia. Pero a menudo lo que se considera “liderazgo exitoso” no es más que gestión o administración efectiva.

Lo que falta es esa brújula moral y espiritual que proviene de una conciencia bien formada y de una convicción llena de fe”, dice el obispo de Phoenix. Y agrega: “Los gerentes alcanzan los objetivos, pero los líderes inspiran a las personas a través de su humildad, visión y un servicio desinteresado”.

No es un ministerio

La diócesis de Phoenix ha reclutado a un número importante de líderes católicos de Arizona y les pide que se conviertan en mentores para los nuevos participantes en el programa TLI. No se trata de evangelización o de catequesis; tampoco de reforzar a los que trabajan en la vida parroquial o en diferentes ministerios. “En pocas palabras, se pretende formar líderes católicos para el mundo secular”, señala el obispo Olmsted.

“Cuando los laicos tienen un encuentro o reencuentro con Cristo, a menudo sus corazones se encienden para nuestro Señor, y su primera respuesta es participar más activamente en la vida parroquial, inscribirse en apostolados o unirse a movimientos laicales en la Iglesia”, apunta el prelado estadounidense.

Desde luego, para él y para la Iglesia católica en su conjunto todos estos son buenos y de verdadero servicio a la Iglesia. Pero el verdadero llamado de los laicos, la auténtica vocación de los hombres y mujeres católicos laicos, “es ser embajadores de Cristo en el mundo, viviendo entre todos los demás en la sociedad secular, mientras luchamos por la santidad, santificamos el mundo y somos testigos del Evangelio donde sea que vayan”.

Esto último es el objetivo de TLI, recuerda el obispo de Phoenix. Y, después, subraya algo esencial: “Encontramos diferentes estilos de liderazgo en el mundo de hoy, pero lo que no encontramos con suficiente frecuencia son los católicos que quieren liderar su compromiso con Cristo y su Iglesia. Lamentablemente, muchos círculos de líderes ya están llenos de católicos, pero no lo sabrán por la forma en que dirigen”.

Encontrar el sentido de la vida

La Iniciativa de Liderazgo Tepeyac es un programa de cinco meses, compuesto por 20 sesiones semanales que reúnen el desarrollo profesional y el crecimiento en la fe. También hay un componente espiritual que se espera que ayude a los participantes a descubrir su propia misión de liderazgo, como lo hizo San Juan Diego en la colina de Tepeyac.

“TLI cumple con la necesidad sentida por muchos católicos de encontrar significado y propósito en sus carreras y vidas personales. Ayudará a los profesionales de todos los ámbitos de la vida a comprender mejor quiénes son, para que puedan descubrir, a través del discernimiento en oración, la misión de Dios para sus vidas. Es nuestra oración que el Espíritu Santo coloque en los corazones de los participantes una misión de liderazgo que con mucho gusto abrazarán y cumplirán por la gracia de Dios”, termina diciendo en su artículo de presentación del proyecto el obispo Olmsted.

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