Un año más, ya está aquí, fiel a su cita desde casi seis décadas. El segundo viernes de febrero, día 9, es el día del ayuno voluntario, y el domingo, 11 de febrero, segundo domingo de febrero, el día de la cuestación nacional, de las misas contra el hambre y de los testimonios misioneros y de tantos y tantos gestos en pro de un mundo mejor.
Es la Campaña contra el Hambre, es la campaña de Manos Unidas. «Comparte lo que importa» es su lema para todo este año 2018.
Presentación general de la campaña 2018
Manos Unidas cierra en 2018 un ciclo de tres años centrados en dar respuesta a las causas y problemas que provocan el hambre en el mundo y reclamando: mayor acceso a los alimentos, una producción más sostenible y propuestas contra la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Con esta Campaña, Manos Unidas finaliza el Trienio de Lucha contra el Hambre (2016-2018), en el que está trabajando para dar respuesta a las causas y problemas que provocan el hambre en el mundo.
Para esta ONG católica (nació en 1959 en el seno de la Acción Católica de mujeres y sigue siendo una institución de la Iglesia católica), solucionar esta lacra pasa por acompañar a los más pobres, reforzar el derecho a la alimentación de los pequeños productores, contribuir al cambio hacia unos sistemas alimentarios más justos y educar para una vida solidaria y sostenible.
Con este objetivo, en 2018, el trabajo de Manos Unidas se centra en tres cuestiones esenciales y urgentes, que pueden ayudar a acabar con la pobreza y el hambre en el mundo: favorecer iniciativas que permitan el acceso a los alimentos para consumo humano, y no para el beneficio económico; impulsar sistemas de producción medioambientalmente sostenibles; y plantear propuestas que eviten la pérdida y el desperdicio de alimentos.
A nivel nacional, la campaña 2018 de Manos Unidas ha contado con dos jornadas de presentación. Así, anteayer, miércoles 7 de febrero hubo una rueda de prensa en la Sala Manuel de Falla-SGAE (Calle Fernando VI, 4, Madrid), con la presencia de Marta Machain, directora de Proyectos de la Fundación Celestina Pérez de Almada de Paraguay, y Juan Pablo López Mendía, misionero español que ha pasado sus últimos 21 años en Benín, compartirán su trabajo en lucha contra el hambre. Y ayer, jueves 8 de febrero, fue el acto de lanzamiento de la campaña, en el que los dos invitados especiales contaron sus experiencias. Este evento estuvo presentado por el periodista de TVE Quico Taronjí («Aquí la tierra. Los domingos») y contó con la actuación de Jasvinder Singh y su Bhangra, danza tradicional del estado de Panyab (India). Fue en el Auditorio de la Mutua Madrileña (Paseo de la Castellana 33, Madrid).
El lema y el cartel
Manos Unidas lanza «Comparte lo que importa» y pide a la opinión pública que «comparta», también en redes sociales, la realidad en la que viven cientos de miles de millones de personas en un mundo en el que, en el último año, se ha incrementado en un 11% el número de personas hambrientas y pide a la sociedad que se sume a la lucha contra el hambre, la pobreza y contra las estructuras injustas que perpetúan esta situación (#ComparteLoQueImporta).
Este año la campaña pone el foco en la palabra «compartir» para llamar la atención sobre las cifras y los mensajes que cada día se comparten en redes sociales (el número de usuarios de redes sociales supera los miles de millones en todo el mundo -por ejemplo, Facebook superó los 2.061 millones en 2017, Whatsapp ya es utilizada por más de 1.300 millones de personas cada año).
Por eso, este año, Manos Unidas recoge en su imagen de campaña la transformación de un móvil en una regadera: un símbolo que esta organización utiliza para que se vea que lo que «compartimos» tiene resultado y lleva la prosperidad a los países en los que realiza sus proyectos de cooperación.
40 millones de euros al año para erradicar el hambre
En el último ejercicio anual ya cerrado y aprobado, 2016, Manos Unidas en toda España aprobó 604 nuevos proyectos por valor de 39.829.082 € que, sumados a los iniciados en años anteriores, apoyaron directamente a más de dos millones de personas en 58 países de África, Asia y América.
Entre las iniciativas financiadas en 2016, destaca el ámbito educativo con 220 proyectos, seguido de los proyectos agrícolas (113), sanitarios (104), sociales (92) y de promoción de la mujer (75). Para Clara Pardo Gil, presidenta nacional de Manos Unidas, «sigue siendo prioritario que todos los niños accedan a la escuela desde la más temprana edad, ya que ello fortalece su desarrollo motor y cognitivo y, por tanto, su futuro y el de sus comunidades».
Gran parte de los proyectos aprobados en 2016 se localizan en el medio rural, lo que favorece la permanencia de la población en su entorno, el cuidado del medio ambiente y el respeto a las culturas y medios de vida locales. En este sentido, destaca el trabajo con las poblaciones indígenas, con el objetivo de que sus territorios y sus culturas sean respetados y que cuenten con herramientas suficientes para defender sus derechos y satisfacer sus necesidades básicas.
5.089 voluntarios, 136 empleados, 77.540 socios
A las principales líneas de actuación, se añaden las intervenciones realizadas en contextos de emergencia: 34 proyectos por valor de 2.281.565 € que apoyaron a cerca de 235.000 personas afectadas por catástrofes y crisis humanitarias en países como Ecuador, Sudán del Sur, Etiopía, Filipinas, Haití,…
Manos Unidas está enraizada en España y trabaja en estrecha relación con 58 países del Sur. En sus 71 Delegaciones diocesanas y las oficinas de los Servicios Centrales en Madrid, Manos Unidas contaba, al cierre de 2016, con 5.089 voluntarios y 136 trabajadores contratados. Por otro lado, la organización contó con 77.540 socios y colaboradores -cuyas aportaciones constituyeron la mayor fuente de ingresos privados (38,3 %)- y trabajó en coordinación con 451 organizaciones locales en 58 países de África, Asia y América.
En clave económica, Manos Unidas recaudó en 2016 un total de 47.620.623 €, procedentes en un 87% de fuentes privadas y en un 13% del sector público. Esto supone un 5% más que lo recaudado en 2015, un incremento que se explica, según Ricardo Loy, secretario general de la ONG, «gracias a las herencias y legados destinados a Manos Unidas, al aumento de la colecta anual procedente de las parroquias y a un repunte de la financiación pública que, sin llegar a los niveles alcanzados antes de la crisis, sí parece estar recuperándose poco a poco».
Respecto a los gastos, el 90,2% se destinó a los fines de la Organización (un 85,1% a proyectos de desarrollo y un 5,1% a sensibilización), frente al 9,8% que se dedicó a necesidades propias de administración, estructura y promoción.
En materia de sensibilización, en 2016 destacaron iniciativas propias como la campaña «Plántale cara al hambre: ¡Siembra!»; actividades anuales como los Premios Manos Unidas, la IV edición de las 24 horas de Manos Unidas y la VII edición del Festival de Clipmetrajes.
Así como las actividades de sensibilización que realizan las 71 Delegaciones de Manos Unidas y las campañas en red «Cambiemos por el planeta-Cuidemos a las personas» y «Si cuidas el planeta combates la pobreza», en las que Manos Unidas participa como miembro de las alianzas CIDSE y «Enlázate por la Justicia», respectivamente.
815 millones de hambrientos, el 11% de la población mundial
Pero las cifras que más importan a Manos Unidas son las cifras del hambre: 815 millones de personas pasan hambre en el mundo, la desnutrición cónica infantil afecta a 155 millones de niños menores de 5 años y 15,3 millones de personas fueron desplazadas debido a las crisis alimentarias que desencadenaron los conflictos.
Y para ello, para contribuir a la erradicación del hambre, Manos Unidas destina sus fondos a cinco sectores de desarrollo: agrícola, sanitario, promoción de la mujer, educación y promoción social.
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