Carta Apostólica “Imparare a congedarsi”
El Papa Francisco promulgó la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “Imparare a congedarsi”, con la cual se regula la renuncia a los 75 años de edad, de los titulares de algunos oficios de nombramiento pontificio.
La Carta Apostólica se ha hecho pública este jueves, 15 de febrero de 2018, –a pesar de llevar la fecha del 12 de febrero– por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En el documento, se precisa que el encargo no cesa ipso facto a 75 años, sino sólo después de la decisión del Pontífice, a quien es necesario presentar la renuncia. Por lo tanto, una decisión que puede prolongarse por más de los tres meses establecidos en el artículo 3, del canon 189 del Código de Derecho Canónico.
El Pontífice indica en la Carta la importancia de prepararse adecuadamente para dejar el proprio encargo, “despojándose de los deseos de poder y de las pretensiones de ser indispensables”. Esto –apunta el Papa– permitirá afrontar este momento con paz y confianza, en vez de ser un momento doloroso y de conflicto.
Nuevo proyecto de vida
“Quien asume en la verdad esta necesidad de renunciar –escribe el Pontífice– debe discernir en la oración como vivir la etapa que está por iniciar, elaborando un nuevo proyecto de vida, marcado por cuanto sea posible por la austeridad, humildad, oración de intercesión, tiempo dedicado a la lectura y disponibilidad para brindar simples servicios pastorales”.
Por otra parte, Francisco explica: Cuando excepcionalmente se solicita continuar en el servicio por un periodo más largo, debe ser “considerado en el ámbito del bien común eclesial” y no debe ser considerado un “privilegio o un triunfo personal”, o un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o cercanía, ni siquiera como gratitud por la eficacia de los servicios prestados.
Razones para continuar en el cargo
Entre las razones para continuar en el cargo, el Pontífice señala la importancia de completar adecuadamente un proyecto provechoso para la Iglesia; la conveniencia de asegurar la continuidad de las obras importantes; el periodo de transición de un Dicasterio; la importancia del aporte de una persona a la aplicación de las directivas emitidas por la Santa Sede o sobre la recepción de nuevas orientaciones magisteriales.
Así, el Obispo de Roma puntualiza que esta decisión pontificia “no es un acto automático, sino de gobierno; de consecuencia implica la virtud de la prudencia que ayudará, a través de un adecuado discernimiento, a tomar la decisión apropiada”.
Con este Motu Proprio, el Papa he querido integrar la legislación canónica –escribe el Papa– y predisponer algunas modificaciones” de la Rescriptum ex audentia del 3 de noviembre de 2014, la cual confirmo integralmente, a excepción de algunas las partes contenidas en el artículo 2 y modificar las normas canónicas referentes a la renuncia por motivos de edad.