Benigno Alarcón sostiene con respecto a los comicios del 22 de abril que la decisión de los factores de oposición “no puede limitarse simplemente a no participar”, pues “debe estar acompañada de una serie de acciones “que deslegitimen el proceso que el régimen, de todas, todas, sacará adelante”.
El gobierno de Nicolás Maduro trabaja para desmovilizar a la población que se le opone, para garantizarse, mediante la próxima elección, su continuidad en el poder. Por ello, participar en los comicios del 22 de abril “sin una estrategia capaz de derrotar otra estrategia fraudulenta, implicaría un suicidio que sólo contribuiría a legitimar un fraude electoral que colocaría, no sólo a la oposición sino a la comunidad internacional, en una difícil posición para continuar sosteniendo sus esfuerzos en favor de la democracia”.
Es una de las conclusiones que se desprenden del análisis del académico Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB (CEP), quien con base en tal argumento considera “no es cierto entonces, como algunos afirman, que la participación se justifica a sí misma al evitar la desmoralización que sufrirá el país cuando sea testigo de la proclamación de Maduro el 22 de abril, cerca de la media noche”.
Sostiene el intelectual que la desmoralización sería “aún mayor ante una derrota que acompañamos con nuestra participación sin haber estado preparados para ganar y cobrar ese triunfo”.
“No hay condiciones mínimas”
No obstante, señala que si estuviésemos ante un proceso que reúna las “condiciones mínimas de integridad electoral”, ni la oposición ni la comunidad internacional tendrían justificación alguna para desconocer la convocatoria a tal elección.
Pero no siendo este el caso, advierte, “ni estando la oposición en condiciones de desafiar al régimen en la aventura de participar en una elección amañada, la decisión no puede limitarse simplemente a no participar, sino que la misma debe estar acompañada de una estrategia coherente que ordene una secuencia de acciones que deslegitimen el proceso que el régimen, de todas, todas, sacará adelante”.
Estima Alarcón que actualmente Venezuela “reúne las condiciones estructurales para un cambio político que sólo puede ser postergado, mas no detenido, si los actores democráticos actúan de manera coordinada y cohesionada”.
Tarea de los venezolanos
Al respecto, señala que la comunidad internacional ha sido un actor fundamental en estos procesos, y considera que “su compromiso con la democracia venezolana es hoy más que evidente, pero los actores foráneos no pueden sustituir a los actores políticos y sociales nacionales”.
Los protagonistas del proceso, insiste, “están en la sociedad venezolana y no en factores externos. Somos nosotros los responsables de nuestro propio destino y tenemos todas las condiciones para generar un cambio político en el 2018, si actuamos con coherencia e inteligencia”.–
Carlos Zapata | Reporte Católico Laico