Luadeth Zerpa, otro niño le pone rostro a la crisis de salud en Venezuela

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Luadeth Zerpa es un niño venezolano de apenas siete años de edad.

Visibilizó el “genocidio silencioso” que aplica el régimen de Maduro para asesinar a más de 15 mil pacientes crónicos

Luadeth Zerpa es un niño venezolano de apenas siete años de edad. Hace casi diez meses fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda infantil. Desde entonces su vida se convirtió en un “calvario” como paciente del cuestionado hospital “J.M. de Los Ríos” de Caracas, un centro de referencia nacional. Elizabeth Zerpa, su madre, reveló que desde hace más de 15 días no recibe sus dosis de metotrexato y mercaptopurina.

El pasado 21 de febrero, los sorprendidos asistentes lo vieron desplazarse con dificultad hacia el altar de la iglesia “Nuestra Señora de Chiquinquirá” de Caracas, donde asistió a una misa convocada por la Asociación Civil Conquistando la Vida (ACONVIDA) y la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (CODEVIDA).

Luadeth portaba en sus manos los óleos de la Unción de los enfermos, uno de los sacramentos de la fe cristiana. Su desplazamiento era lento y se le veía bastante débil. A pesar de llevar un tapabocas, no escondía la tristeza de saber que a sus familiares se les hace cuesta arriba conseguir los medicamentos para ayudarlo a prolongar su existencia.

El pequeño paciente era sostenido por su madre en el lado izquierdo. Por el derecho estaba Mildred Varela, una sobreviviente de cáncer de mamas que junto a otros voluntarios motivó esta misa por la salud de los enfermos. Ante la dolorosa escena, los feligreses no evitaron llorar. Mostraron así su solidaridad con este niño y el resto de los pacientes que también buscan, aunque sea, el apoyo celestial para sanar sus dolencias.

Luego de entregar la ofrenda, Elizabeth y Mildred se mostraron orgullosas por el gesto del pequeño Luadeth, al ponerle rostro concreto a centenares de niños, jóvenes y adultos que como él, ven disminuir la calidad de sus vidas en medio de la crisis sanitaria que azota a Venezuela. “Estamos muy orgullosas de ti”, le repetían las mujeres hasta el cansancio, mientras lo apretaban maternalmente entre sus manos y pechos.

Piden confesiones y medicamentos

El padre Wilfredo Corniel –sacerdote del Corazón de Jesús, dehonianos- centró su mensaje en denunciar la actitud del régimen de Maduro de cometer el “pecado social” de desaprobar recursos para compra los medicamentos e insumos que requieren los enfermos para mejorar su calidad de vida.

“Nuestros enfermos piden confesiones y medicamentos”, dijo el religioso, párroco del sector El Cementerio de Caracas.

Sin miedo, señaló que “el gobierno nacional actúa como un genocida, porque abandona a su suerte a niños, jóvenes, adultos y ancianos a vivir un calvario, y conseguir la muerte en forma indigna en  hospitales, calles, y en  sus casas”.

“Dios es nuestra esperanza, y, por tanto, no debemos bajar la guardia”, recalcó convocando a los asistentes a continuar su lucha por sus derechos consagrados en la Constitución Bolivariana de Venezuela.

Corniel elevó la siguiente oración: “Señor, sana a Venezuela, sana a nuestra familia, a cada uno de los venezolanos que sufren en cuerpo y alma los dolores de su corazón interno. Somos tus hijos, hijos de la luz. Sánanos, bendícenos y santifícanos”. Los enfermos crónicos la repetían fuerte y a un mismo tono dentro de la iglesia caraqueña.

Otros testimonios….

Culminada la misa, un trasplantado de riñón desde hace tres años y siete años, confesó a Aleteia su indignación por la problemática en que se encuentra la salud pública venezolana. “Hay venezolanos que están en peores condiciones”, dijo el hombre.

“Es inaceptable desde todo punto de vista la conducta de las autoridades gubernamentales de prohibir la ayuda humanitaria que tanto se requiere para subsistir. Este régimen busca por todos los medios, y, sin escrúpulos, matar de mengua y de hambre a los venezolanos”, sostuvo.

Mildred Varela dio un mensaje de esperanza para quienes sufren del alma y el cuerpo. “Dios todo lo puede, para él no hay imposibles”, dijo luego de presentar su testimonio de lucha contra el cáncer. Conminó a los presentes a no abandonar la calle, la lucha por defender la vida.

“Venezuela es tierra de Dios, estamos de pie. Nos arrodillamos a Dios, pero nunca ante un gobierno como pretende el régimen comunista de Nicolás Maduro”, agregó la valiente mujer.

“Genocidio silencioso”

Por su parte, la activista de derechos humanos y esposa del preso político, Leopoldo López, Lilian Tintori destacó que Rescate Venezuela, fundación que ella dirige, ha sido solidaria desde mayo de 2015, con la férrea lucha diaria que emprenden instituciones venezolanas como Aconvida y Codevida.

Lamentó la situación por la que atraviesan los más de 15.000 enfermos crónicos ante la mirada indiferente de las autoridades gubernamentales, a las que acusó de cometer un “genocidio silencioso contra los venezolanos”.

Tintori informó que once naciones del mundo han donado medicamentos para aquellos que sus existencias penden de un hilo, o de “un milagro”, pero el Gobierno de Maduro impide el ingreso de estos a Venezuela.

El Guardián católico

Visibilizó el “genocidio silencioso”