Con una Carta Pastoral, los obispos latinoamericanos alzan su voz contra el extractivismo y a favor de la ‘ecología integral’, haciendo eco Laudato Si’
Es necesario “buscar juntos caminos de liberación que conduzcan a la verdadera sabiduría y al planteamiento de respuestas integrales”, propone el secretario general del CELAM
“Discípulos misioneros custodios de la Casa Común”. Así se titula la Carta Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) que será presentada de manera oficial el próximo 12 de marzo, según ha revelado el portal Iglesias y Minería.
De entrada, vale la pena señalar que la expresión ‘discípulos misioneros’ evoca una de las mayores apuestas de Aparecida (cuya temática ha sido, justamente, “discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida”), asumida sucesivamente por el CELAM en su Plan Global cuatrienal y, ahora, en afinidad con el magisterio social de Francisco.
Discernir a la luz de Laudato Si’
El documento –denso de principio a fin, en sus 144 numerales– en efecto, representa, a nivel de la Iglesia latinoamericana, una de las más audaces propuestas de “discernimiento a la luz de la encíclica Laudato Si’”, como reza su subtítulo, con miras a “escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que la Iglesia pueda responder a los interrogantes de la humanidad”, como señala el obispo secretario general del CELAM, Juan Espinoza, en la presentación del texto.
“A través de la presente Carta Pastoral los obispos latinoamericanos, en comunión con el papa Francisco, queremos entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común y especialmente sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta”, subraya Espinoza, insistiendo en la urgencia de “buscar juntos caminos de liberación que conduzcan a la verdadera sabiduría y al planteamiento de respuestas integrales”.
Contra el extractivismo
Para el CELAM, el clamor de la Tierra, sometida a los voraces intereses del extractivismo a gran escala, que genera “múltiples impactos en las vidas y la salud de las poblaciones próximas a los proyectos, en el ambiente y en toda la región”, hace del cuidado de la casa común una tarea inaplazable para la Iglesia latinoamericana. “No es ya una moda o una opción que puede o no hacerse; es parte imprescindible de nuestra condición de cristianos”, afirma la institución más representativa de la Iglesia católica en América Latina.
En este sentido, la Carta Pastoral asume un tono profético al denunciar el modelo económico extractivista y sus letales consecuencias sobre el clima y el agua, lo mismo que en el desplazamiento forzado y el incremento de la violencia contra las poblaciones autóctonas y ancestrales, sin dejar de señalar las responsabilidades que competen al Estado y a las empresas implicadas, y el compromiso de las comunidades y de las articulaciones eclesiales y ecuménicas en la generación de alternativas sustentables.
El bien común como prioridad
Los obispos latinoamericanos, además, son enfáticos al recalcar que “la ecología integral es inseparable de la noción de bien común”, como ha afirmado Laudato Si’, agregando que “junto con los principios de solidaridad y subsidiaridad, este principio debe ser tomado muy en cuenta en las decisiones sobre los proyectos extractivos”.
Por supuesto, la impostergable defensa de la Amazonía –así como la de otros importantes biomas– está presente en no pocos numerales del documento, que también pone su mirada en el Sínodo para la Panamazonía de 2019.
Por ‘una valiente renovación cultural’
Ante la necesidad de avanzar hacia “una valiente renovación cultural” favorable a la ‘ecología integral’, la Carta Pastoral del CELAM advierte sobre “el peligro de la tecnocracia” y del actual modelo de desarrollo global: “nuestra vocación de ser profetas de vida en palabras y hechos nos impulsa a apostar por un estilo de vida diferente de un consumismo compulsivo como el que promueve el mercado”.
Vida Nueva