Buen momento para la aparición del libro de Monseñor Febres-Cordero sobre la Historia de la Iglesia de Venezuela: las manipulaciones y tergiversaciones no pueden con la Verdad.
Elaborar una apretada síntesis de la historiografía eclesiástica de Venezuela es una tarea pendiente para los historiadores locales. Significa un trabajo de selección que casi nunca llega a satisfacer la meta fijada.
De hecho, no podríamos decir que se ha escrito, con el rigor necesario, una historia de la Iglesia Católica en Venezuela, a pesar de que se trata de la institución más antigua, la que fundó pueblos, comenzó la enseñanza y dio forma a las labores de salud pública.
El cristianismo es la más pura y fecunda identidad de los venezolanos.
Hay intento de abarcar épocas, siglos determinados, aspectos específicos de tal ocual congregación y sus aportes. Pero se debe un texto destinado a cubrir las exigencias de un carácter científico y reflexivo acerca de la historia de la Iglesia organizado a partir de tres grandes bloques históricos y emblemáticos en Venezuela: la colonia, la independencia y la república.
“Se trataría de una obra que logre plasmar las diversas etapas y momentos históricos de la Iglesia venezolana. Estaríamos hablando de una producción con carácter vinculante a todas las temáticas relacionadas con el estamento eclesiástico y que se llamara con mucha propiedad Historia de la Iglesia en Venezuela. Una investigación de tal envergadura que extrañamos en nuestro país, si bien notoria en otras naciones del cono sur americano”, anotaba en el prólogo a su trabajo, titulado “Esbozo de una historiografía de la historia de la Iglesia en Venezuela (1965-2015)”, el Fr. Oswaldo Ramón Montilla Perdomo (op) de la Facultad de Teología, Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas.
La Iglesia local aún conserva los archivos de Mons Nicolás Navarro, los cuales abarcan el período colonial, en los que centra su atención en un recuento histórico del Arzobispado de Caracas. Igualmente se dispone de las narraciones de Mons Constantino Maradei, focalizada en la relación entre la Iglesia y el gobierno de la época. Pero una reláfica de los grandes acontecimientos de la evangelización en los 500 años de historia, eso no lo hay.
Sobre todo, para estos tiempos escabrosos, donde se pretende cambiar la historia y presentarla a las nuevas generaciones como el producto de un menjurje de laboratorios socialistas, hacía falta organizar la secuencia de la historia de la Iglesia en Venezuela desde una perspectiva digerible y verdadera, que contribuyera a diseminar cultura católica para información de los fieles y de todos aquellos interesados en su conocimiento.
Eso ha hecho Mons Rafael María Febres-Cordero Briceño, Presidente de la Academia Internacional de Hagiografía.
Es por ello que ve la luz el libro “Historia de la Iglesia en Venezuela”el cual, más que un pesado texto académico pero sustentado en una rigurosa investigación, sirve al objetivo de ordenar períodos, marcar acontecimientos, destacar a los grandes evangelizadores desde 1948 hasta nuestros días.
Siendo Mons Febres-Cordero, Prelado-Preceptor Mayor del movimiento Athletae Christi, pone especial énfasis en resaltar los documentos de referencia sobre el rol del laicado y la importancia de la “Cuestión Social”. Fue el 15 de mayo de 1891, cuando el Papa Leon XIII, con su encíclica Rerum Novarum, vendría a dar una respuesta a este asunto de vital importancia para un mundo que se debatía entre la desvalorización del trabajo y el marxismo, filosofía que, debido a ello, encontró en la segunda mitad del siglo XIX un terreno favorable donde sembrar.
Comenzó la infraestructura del apostolado Social, a través de la cual la Iglesia se involucró en la cuestión social, compromiso universal que se mantiene hasta hoy.
Y en Venezuela, transitando esta pavorosa crisis humanitaria, la Iglesia Católica está registrando páginas de excepción en materia de testimonio social, lo cual requerirá de un tratamiento privilegiado como capítulo aparte en la historia venezolana.-
Macky Arenas/Aleteia Venezuela | Abr 01, 2018