Todo niño representa potencial de cara al futuro y por supuesto, un sinónimo de cambio y producción positiva en la sociedad. Claro está, que esto se logrará solo si sus progenitores y demás protagonistas del entorno en el cual se desarrollen, los forman y protegen adecuadamente, publica 2001.com.ve.
Los infantes son más vulnerables a sufrir de cambios emocionales o ser ‘persuadidos’ por otras personas, que podrían aprovecharse de la inocencia infantil para cometer actos delictivos o volverlos víctimas de un fenómeno tan común en el mundo antiguo y el actual, como lo es la explotación o esclavitud.
Antecedentes
En el año 1995, el joven pakistaní activista por los derechos de los niños, Iqbal Masih, de 12 años, fue asesinado a disparos por supuestos mercenarios mientras manejaba en bicicleta camino a su casa.
Masih fue sometido a esclavitud desde los 4 años, luego de que su padre lo vendiera a un fabricante de alfombras a cambio de 600 rupias. El pequeño sufrió innumerables tratos crueles y era obligado a realizar jornadas laborales que sobrepasaban las 12 horas diarias.
Cuando cumplió los 10 años logró escapar y denunció ante las autoridades los malos tratos que recibía por parte del dueño Hussain Khan, quien fue apresado.
El joven despertó la ira de los dueños de fábricas, se volvió sumamente vulnerable y terminó asesinado. En su honor se estableció el 16 de abril (fecha de su muerte) como el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil.
Explotación criolla
Con respecto a Venezuela, la fuerte crisis económica por la cual atraviesa el país ha encendido las alarmas en cuanto a la utilización excesiva de niños para actividades comerciales y de otras características.
El deterioro de la calidad de vida, la insuficiencia del ingreso económico en el hogar y la masificación de los precios, producto del ‘bachaqueo’, para obtener alimentos y medicinas, se ha vuelto una constante para que muchos niños se vean en la necesidad de abandonar las aulas de clase y dedicarse al trabajo, para ayudar con el ingreso económico del hogar.
Según cifras manejadas por la Fundación Arturo Uslar Pietri, más de 50% de los alumnos de la educación pública oficial no acuden a sus aulas de clases debido a la ausencia del Programa de Alimentación Escolar (PAE), indicó Eric Ondarroa, director general de la organización.
Explicó además que según la proyección de la educación venezolana para el año 2016-2017 se está dejando de atender al menos 400 mil niños y jóvenes actualmente. Referente a esto añadió en la actualidad cerca de 7 millones de infantes se encuentran fuera del sistema escolar.
Óscar Misle, orientador, terapeuta y director de la Asociación Civil Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) afirma que “es explotación toda forma de trabajo realizado por los niños que no les garantice la educación, una remuneración económica y demás beneficios”. Enfatizó también que el trabajo en niños no está permitido en Venezuela, puesto que la edad laboral es para mayores de 14 años y los que tengan 12 años deberán contar con un permiso de trabajo expedido por la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopna).
La explotación sexual
Cuando se habla de esclavitud infantil, es imposible dejar de mencionar el tema de la explotación sexual en niños y adolescentes.
Convertida en una de las maneras más perversas de esclavitud, debido al silenciamiento de la práctica, la explotación sexual es un mal que padecen muchos niños y jóvenes venezolanos.
Misle aseguró: “La explotación sexual es la que más predomina en Venezuela. Debido a la simetría del poder, muchas personas mayores se aprovechan de la situación de pobreza de los niños para presionarlos a que realicen prácticas sexuales a cambio de dinero. Por supuesto, la crisis se presta para fomentar este tipo de prácticas por medio de los niños”.
Favorece la delincuencia
Debido a la inocencia de los niños, es común que algunas personas se aprovechen de ellos y los persuadan o engañen para que realicen actividades en beneficio de otras personas, y muchas de estas actividades suelen ir de la mano con las prácticas delincuenciales.
Los altos índices de niños que abandonan las aulas por no tener recursos económicos es un factor que incrementa la delincuencia, debido a la necesidad que tienen los pequeños de generar ingresos para abastecerse a si mismo y ayudar a sus familias. Este fenómeno ha llevado a que numerosas bandas organizadas en el territorio venezolano utilicen a menores de edad como señuelos para atraer a sus víctimas.
El uso indiscriminado de niños para cometer actos delictivos es una forma acentuada de explotación infantil. “Los delincuentes se aprovechan de la situación de vulnerabilidad que tienen los niños en situación de calle para extorsionarlos u obligarlos a realizar actividades delictivas, esto es una evidente forma de esclavitud”, alertó Misle.
“Un niño que haya sido abandonado tendrá poca o ninguna noción de lo que es el amor y el respeto hacia los demás y al realizar algún tipo de acto vandálico no medirá las consecuencias. Se ven atraídos por la necesidad de comida, de dinero, de sobrevivir y de tener un estatus de respeto”, indicó el sociólogo Rubén Hernández.
Atentos
Desde la fundación Aldeas Infantiles SOS Venezuela, sugieren estar atentos y denunciar cualquier indicio de trabajo infantil forzado, debido a que la “explotación laboral” no le permite a los infantes desarrollarse de una manera íntegra, porque no contarán con un desarrollo psicológico estable.
Por Moisés A. Calderón | mcalderon@bloquedearmas.com