El Monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y Arzobispo electo de Maracaibo dirigió unas palabras en la apertura en la instalación de la Asamblea del Episcopado Venezolana donde recalcó que “La vida humana de cada venezolano asesinado el año pasado en las protestas, valía más que una revolución” .
En este sentido, Azuaje explicó que “La religiosidad tiene como propósito liberar al hombre de la irracionalidad. La voz de la razón nunca suena tan fuerte como el grito irracional. Este pueblo está hablando a través de la manifestaciones expresan el descontento del sometimiento en materia publica. Las protestas indican el fracaso de un modelo que ha gritos el pueblo viene denunciando. Son personas de nuestros pueblos y nuestros barrios que salen a las calles para protestar”.
El presidente de la CEV considere que “Los ciudadanos tenemos el arma democrática de la resistencia. El Cristiano debe resistir con el bien. Reconstruir el liderazgo social desde las bases sociales es fundamental. Venezuela no se reconstruye a pedazos, hay necesidad de la unidad de verse las caras”.
“La situación de empobrecimiento ha interpelado a nuestra Iglesia que ha tenido que acudir pero la demanda del pueblo sobrepasa la oferta de la Iglesia ante la ayuda al pueblo venezolano. Sin embargo, este año se ha incrementado el voluntariado católico a través de las Cáritas parroquiales. Agradezco a toda la red de Cáritas internacionales, conferencias episcopales e Iglesias particulares por el apoyo. la Iglesia no está aislada, sino que padece con el pueblo y es servidora de la vida y la misericordia”, señaló Azuaje.
En relación a la reciente diáspora venezolana, Monseñor indicó que “nos entristece la salida de los jóvenes buscando nuevos caminos fuera de la frontera. Las madres que rezan en sus casas por los hijos que se le fueron”.
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