Mons Fernando Castro Aguayo.-
“…el pueblo los ve con profundo respeto, aprecio y agradecimiento: hombres de Dios para los tiempos que vivimos.”
El pasado 9 de julio Francisco aceptó la renuncia del Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, por motivos de edad. A su vez, nombró Administrador Apostólico de Caracas, de facto Arzobispo, al Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida.
Urosa estuvo en Caracas por trece años. Nombrado Cardenal de la Iglesia por Benedicto XVI. Hombre de Dios, valiente, decidido. Gran promotor de las vocaciones sacerdotales. Trabajador incansable y sensible hacia las necesidades de los más débiles. Defensor de los derechos humanos de las personas, familias y la comunidad social y política. Educado y respetuoso. Admirado en muchos ambientes, querido y cercano con los más sencillos y marginados. Sorteo situaciones sociales y políticas muy difíciles, que orientó con un gran amor a las personas y a la patria. Deja una labor cumplida con esfuerzo y constancia. La historia lo tendrá como uno de los pastores insignes de nuestro acontecer histórico en estos años tan turbulentos de nuestro acontecer.
Porras, Arzobispo de Mérida, sacerdote que conjuga la Academia con la cercanía con los pastores de los páramos. De simpatía natural y calidez en la amistad. Garante del patrimonio cultural e histórico. Impulsador de personas para cristianizar la universidad y el mundo. Creado Cardenal recientemente, es un hombre conocido de Francisco, con sintonía profunda hacia una Iglesia “en salida” que llegue a las periferias. Retos siempre actuales, que lógicamente se plantean muy agudamente en los inicios de este nuevo pontificado. Conjuga dos tareas grandes: Mérida y Caracas. La Iglesia sabrá como allanar el camino a este pastor de Jesucristo, a la vez, hombre de carne y hueso. Es también caraqueño forjado como obispo en Mérida y en el mundo.
A Urosa y Porras el pueblo los ve con profundo respeto, aprecio y agradecimiento: hombres de Dios para los tiempos que vivimos. Siempre en contante disposición de servicio hacia la patria, sus ciudadanos, hacia la Iglesia y todos los fieles y hombres de buena voluntad.
Fernando Castro Aguayo
@monscastro