Pensionados aseguran que han “sobrevivido” por los envíos de remesas realizados por familiares que viven en el extranjero
El dinero en efectivo se ha convertido, por su escasez, en el método de pago más valioso en el mercado venezolano. Los precios de los productos varían considerablemente, llegando a duplicar y triplicar su valor dependiendo de si se cancelan con efectivo o en punto de venta.
En un recorrido que realizó este viernes 14 de septiembre el equipo de El Universal en varias entidades bancarias de Caracas, a propósito de la cancelación del 50% restante de las pensiones, se constató el desconcierto que poseen los adultos mayores sobre este proceso y el monto de dinero en efectivo que emiten los bancos.
María Cristina Varela indicó que “los bancos públicos dan más dinero en efectivo que los privados”. Al mismo tiempo expresó que el efectivo solo puede utilizarlo para “pagar el pasaje, comprar alimentos como: café, huevos y verduras”.
Destacó que en el Mercado Mayorista de Coche los precios de los productos por punto de venta son sumamente elevados en comparación a los precios en efectivo, llegando a “duplicarlos”.
María González, pensionada por el Seguro Social desde hace más de 15 años, comentó: “Hoy (viernes) compré un kilo de queso a 90 bolívares (soberanos) en efectivo. En punto está en 110, 120 (bolívares soberanos)”.
González dijo que comercios ubicados en la avenida Panteón, de Caracas, “venden el cartón de huevo a Bs.S 120 con punto, y con efectivo en Bs.S 76”, y resaltó que también utiliza el papel moneda para cancelar la bombona de gas que llega hasta su casa. “Cuesta solo tres bolívares (soberanos), y está económico”, aseguró.
Asimismo acotó que aún no se adapta al nuevo cono monetario, y que no maneja correctamente el sistema patria ni la plataforma del Banco de Venezuela, banco en el cual posee su única cuenta bancaria. “Solo me manejo con la libreta y me dirijo hacia las taquillas”, añadió González.
Mercado Municipal de Catia, un lugar económico
María Ruiz, de 56 años de edad, reside actualmente en la parroquia Sucre, específicamente en el sector Catia. Diariamente realiza su recorrido por los distintos comercios ubicados en Pérez Bonalde y en Candelaria para conseguir precios “más económicos”. Sin embargo, en la calle Colombia ubicada en Catia y en Pérez Bonalde los precios son “bastante accesibles”, según su opinión.
“Si tengo efectivo compro el medio cartón de huevo en Bs.S 35, mientras que si lo paso por tarjeta son Bs.S 60, prácticamente me quitan el doble”, sostuvo.
Ruiz, por otra parte, expresó su preocupación por el alto costo de los medicamentos. “Están carísimos, la pastilla para la tensión cuesta Bs.S 33”.
Envío de remesas para “poder sobrevivir”
“Tengo una hermana, pero por el problema con las transacciones (casas de cambio) no lo hemos hecho. Me mandó fue comida, pero me la mandó y duró casi tres meses en llegar”, mencionó Ruiz, que ha pensado en emigrar en reiteradas ocasiones. “Le digo a mi hijo que yo me quiero ir, pero, ¿y mi casa?”.
Además hizo énfasis en el alto nivel de desnutrición por la que atravesaban sus nietos antes de emigrar. “Tengo unos nietos que se los llevaron a Colombia porque se estaban muriendo de hambre. Son hijos de mi hijo que me mataron. Me han mandado fotos y están gorditos”, comentó.
Debido a la crisis política, económica y social por la que atraviesa la nación petrolera y el éxodo de venezolanos hacia otros países para buscar una mejor calidad de vida, se ha optado por el envío de remesas a familiares que aún se encuentran viviendo en el país para contribuir, en lo posible, a mitigar los embates económicos.
Jesús Rojas, pensionado por el Seguro Social, expresó que “estoy sobreviviendo por mi hija que vive en Argentina. Ella me envía dinero y con eso es que vivo”.
Por su parte, María González indicó que posee un familiar en Colombia que le envía dinero para costear sus gastos; sin embargo, alertó que la casa de cambio que actúa de intermediaria “quita una alta comisión” por el envío.
El Universal