Esta mañana a las 11.30, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Santo Padre recibió en audiencia a unos 150 Hijos de Santa María Inmaculada que acaban de celebrar un Congreso en el que han tratado temas importantes a casi un año de su Capítulo General
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
Al dar su cordial bienvenida a los hijos e hijas del venerable Giuseppe Frassinetti que recuerdan el 150° aniversario de su paso a la vida eterna, Francisco agradeció (en su discurso) ante todo las palabras del Padre Amici, Superior General de la Congregación que había pronunciado en nombre de los presentes.
Uno de los signos de los tiempos de la Iglesia de hoy
El Santo Padre les manifestó su aprecio por el Congreso que han celebrado en colaboración fraterna entre el clero y el laicado y ante la presencia de numerosos religiosos, lo que representa – dijo – uno de los signos de los tiempos de la Iglesia de hoy, y uno de los elementos que han caracterizado el ministerio de su Fundador, a saber: la promoción del apostolado de hombres y mujeres laicos. De ahí que los haya exhortado a continuar por este camino, haciendo de sus Comunidades parroquiales y religiosas lugares en los que se respira un espíritu de familia, de acogida, de respeto y de generosa colaboración apostólica.
Tras recordar que la Iglesia no se cansa de exhortar a los religiosos a una fidelidad dinámica a la propia identidad carismática, con docilidad al Espíritu y fuerte sentido eclesial; Francisco – aludiendo a la Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate – les dijo que esto, a su vez, requiere un discernimiento constante, además del empeño, la escucha y el diálogo.
El Concilio Vaticano II reafirma la vocación a la santidad
También recordó que el Concilio Vaticano II reafirmó la vocación universal de los fieles a la santidad, tema que sus predecesores han desarrollado con claridad de motivaciones y creatividad de expresiones; a la vez que entre los pastores del siglo XIX, hubo quienes difundieron el ideal de la santificación del Pueblo de Dios, entre los que se destaca, precisamente, el venerable Frassinetti, tanto por el ejemplo de su vida como por sus relaciones y ricos escritos en los que anima a recorrer un camino humilde, sereno y valeroso en el seguimiento de Cristo.
Sí, porque como les dijo el Papa, su Fundador pone en la base de la amistad con Dios el deseo de amarlo y el ofrecimiento de sí mismos a Él. Además, la Iglesia se preocupa de la formación inicial y permanente de los llamados, tanto a la vida presbiteral como religiosa. Por eso destacó que en su último Capítulo trataron oportunamente esta problemática.
Como Frassinetti y su amigo Don Bosco
Antes de concluir el Papa Bergoglio se refirió al próximo Sínodo de los Obispos sobre el tema de los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Y puso de manifiesto que la participación espiritual en este evento, que interesa a todos los fieles, debería encontrarlos a ellos especialmente sensibles y colaborativos, en virtud de la dimensión educativa y juvenil de su carisma, tal como lo hicieron el padre Frassinetti y su amigo Don Bosco, que escucharon el papel estratégico de las nuevas generaciones en una sociedad dinámica y proyectada hacia el futuro.
Por esta razón los exhortó a amar a las nuevas generaciones, a hacerse compañeros de viaje de su camino, a veces confuso pero rico de sueños, y teniendo en cuenta que también ellos forman parte de la llamada de Dios.
Su carisma los impulsa hacia desafíos cruciales
Hacia el final de su alocución, Francisco les dijo a estos queridos hermanos que su carisma los impulsa hacia algunos de los desafíos cruciales del momento histórico-eclesial que vivimos. Y añadió que es importante que estén presentes en este proceso, sin manías de grandeza, pero con el deseo de hacer todo lo que puedan, manteniendo en su corazón la actitud evangélica de los siervos inútiles.