Desde el sínodo, los padres sinodales hacen un llamamiento en favor de la acogida a los prófugos y migrantes, a menudo jóvenes, cuya dignidad es frecuentemente violada
La palabra clave es la solidaridad, los obispos piden que los jóvenes prófugos se sientan verdaderamente acogidos e integrados. También se resalta la necesidad de actuar para que los pueblos no se vean obligados a emigrar, que se puedan quedar en sus países de origen, porque ninguno de ellos pidió huir, abandonar sus tierras. Se ven forzados por las condiciones precarias de vida en su país.
La droga y el narcotráfico
Mons. Ricardo García García, obispo peruano de la diócesis de Yauyos, mencionó el tema de la droga y narcotráfico y sobre la situación de los migrantes. El Perú sufre el problema de la droga, sobre todo porque como dijo el prelado, son el primer productor de cocaína. Es necesaria una presencia más fuerte del gobierno en la lucha contra el narcotráfico, pero es difícil dijo Mons. García, porque hay mucha gente que vive de esto, tal vez no sean narcotraficantes, pero si son cocaleros, que viven de esta producción. es allí donde el estado podría incentivar cultivos sustitutivos.
El problema de la emigración
Es necesario dar más oportunidades de trabajo a los jóvenes, “la gente migra porque no tiene nada que hacer en su país. Existe la emigración interna, gente de pueblos pequeños, en mi caso de la Sierra que van a la costa, es un problema análogo, dijo el prelado, y hay gente que emigra de El Perú, hacia un país más potente. El tema es generar oportunidades de trabajo o estudio para que no se vean en la necesidad de emigrar.
Sobre los países que se ven en el deber de acoger a los migrantes, el prelado dijo que evidentemente en primer lugar debe haber solidaridad. En el caso de El Perú “estamos recibiendo a muchos venezolanos por la situación que están viviendo, creo que debe haber una primera actitud de acogida de las personas, pero luego también hay un límite en la acogida, porque cuando son muchos, hay problemas de trabajo, de salud, se le generan al ciudadano peruano conflictos, pues se encuentra a su vez, con problemas de acceso a la asistencia sanitaria o encontrar trabajo, debido al gran número de inmigrantes. Por tanto, Mons. García, animó a analizar las causas de emigración y tratar de contrarrestar las problemáticas existentes en el país de origen. En el caso de Venezuela, evidentemente es necesario ver que se den las condiciones de convivencia y de defensa de los derechos humanos, o sea dijo, ir a la fuente del problema.
Mons. García hablando sobre narcotráfico y migración
Vatican News