Caravana de migrantes: «Si pasan la frontera, los acogeremos en familias»

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El padre José Eugenio Hoyos es director del Apostolado Hispano de la diócesis de Arlington (Estados Unidos), ve la caravana de migrantes con preocupación

El padre José Eugenio Hoyos es director del Apostolado Hispano de la diócesis de Arlington (Estados Unidos), cuyas oficinas están a apenas 15 minutos de la Casa Blanca. Lleva 35 años acompañando a los católicos hispanos en su llegada a la tierra prometida, y ve la caravana de migrantes con preocupación, pero también como un desafío para mostrar el rostro profético y acogedor de la Iglesia

¿Cómo se ve la caravana de migrantes desde su lado, en Estados Unidos, tan cerca de la Casa Blanca?

Nosotros, como Iglesia, estamos bastante preocupados porque se trata de una crisis humanitaria y de una bomba de tiempo que se está acercando a la frontera. Al mismo tiempo, tenemos un problema con los indocumentados que tenemos ya aquí. Estamos en aprietos porque no sabemos qué va a pasar y qué podemos hacer. Hay asociaciones de aquí enviando dinero para que estas personas puedan recibir ayuda en su camino, y mostramos nuestra solidaridad con el llamamiento de las Iglesias locales de México y Guatemala para que estas personas puedan recibir agua y comida.

¿Es esa la postura de los obispos?

Ayer nos reunimos un grupo de líderes con uno de los obispos auxiliares de Washington, y todos coincidimos en que en la caravana vienen personas que necesitan ser oídas y debemos ser conscientes de las razones por las que vienen. Hemos de acoger al forastero y darle una oportunidad.

¿Y los católicos de a pie? ¿Qué dice la gente?

Yo trabajo mucho con los hispanos, y veo que hay mucha preocupación en todas las comunidades. Muchos fieles tienen familiares en esos países. Donde yo vivo la mayoría de la gente es salvadoreña, y el segundo grupo de población es hondureño. Cada día que avanza hay más nervios y tensión. Queremos facilitarles ayuda pero es difícil, porque aquí los indocumentados tienen que andar con cuidado. Un indocumentado no puede ayudar a otro. Ahora si te saltas un stop te deportan. No se pueden arriesgar a ayudar.

Pero, ¿y si llegan a cruzar a Estados Unidos?

Si llegan a pasar, en la Iglesia estamos dispuestos a acogerles en familias.

Trump ha dicho que va a enviar al Ejército a la frontera…

Perro que ladra no muerde. Él es una persona caracterizada por decir muchas cosas, pero del dicho al hecho… Esta caravana la forman seres humanos, no animales, hay acuerdos internacionales sobre cómo tratar a los migrantes, acuerdos que hay que respetar. Habrá una reacción a nivel mundial…

Es un hombre imprevisible…

Sí, pero hay un claro interés político detrás. Es una situación que le conviene mucho a Trump y a su gabinete, porque hay elecciones al Senado el 6 de noviembre, y toda esta polémica es una ganancia para él. Intenta meter miedo a la gente diciendo que vienen delincuentes en esta caravana, y también cubanos y terroristas de Afganistán, pero nada de eso es verdad.

¿Cuál es la verdad entonces?

Esta caravana es un clamor de un pueblo ante la situación económica que padece. Acabo de venir de Costa Rica y de El Salvador. No hay trabajo, la gente está desesperada. Antes podías tener un buen trabajo y ahora estás en la calle. Hay que hacer algo, el mundo debe despertar. Viene hacia aquí la gente más pobre. No es una invasión.

¿Cómo cree que van a ser tratados cuando lleguen a la frontera?

Hay que respetar la dignidad de cada persona que viene, y pedir que sean tratados de una forma moral. Se lo pedimos a los oficiales de fronteras, que los traten con respeto porque están ante un caso de auténtica desesperación. Estados Unidos debe reaccionar dentro de la tradición de acogida que ha tenido siempre. No podemos mirar al migrante como si fuera un criminal.

Alfa y Omega