Quiebra de la calidad de vida

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Cecilia García Arocha

Por: Cecilia García Arocha

Hay un elemento clave que tiene que ver con el ejercicio del verdadero liderazgo, la capacidad que se tiene de escuchar las voces de quienes conforman el entramado social en el cual ese líder ejerce un papel fundamental. Cuando no se oye se desarticula la relación que debe existir en cualquier sociedad, en función de hacer confluir ideas, por el desarrollo, y el bienestar de cualquier sociedad. Es imperativo en función de sacar al país de la desesperanza que se oigan las voces de todos los que estamos al frente de organizaciones, instituciones, gremios, movimientos sociales, porque es importante reunificar,  motivar, re-direccionar e incluso rectificar para vislumbrar un futuro promisorio, como el que merece nuestro gran país.

Los últimos acontecimientos vividos por nuestra sociedad en el plano económico han colocado al sector educativo, igual que a muchos otros sectores, en un estrato crítico, no sólo por las condiciones a las cuales se ha visto sometido, una vez que se han ignorado todos los convenios colectivos y las condiciones salariales, que aunque ya estaban en déficit eran sin duda mejores que las actuales, si no por la falta de una respuesta adecuada a nuestros constantes llamados y planteamientos, no es justo que nuestros profesores y los trabajadores universitarios, se sientan a la deriva.

Basada en que la autonomía universitaria yo soy defensora de las normas de homologación, no de las convenciones colectivas porque muchos de sus artículos chocan con dicha independencia, sin embargo reconozco la urgencia de reclamar el respeto a las mismas. Hasta agosto de este año cobramos  4.71 salarios mínimos, por lo tanto estoy en desacuerdo  de que se ponga como se ha hecho a todos los venezolanos, independientemente de su formación a ganar un sueldo mínimo.

En el caso de los profesores no se respetan sus ascensos que van de instructor a asistente,  agregado, asociado, titular, así como tampoco se respetan las escalas en los trabajadores, por eso  doy a conocer en todas las instancias posibles, los cambios experimentados a partir de la última reconversión monetaria.

Ofrezco mi voz, como representación de la voz de todos los que hacen vida en nuestra máxima casa de estudios  porque no contar con un salario cónsono, con un desarrollo sostenido como ocurre en cualquier país que busca el crecimiento y desarrollo, coloca a nuestra sociedad ante una situación de permanente dificultad frente a la alimentación, el estudio y la salud, por mencionar algunos de los aspectos fundamentales para el bienestar social.  Así como también ofrezco mi voz para hacer un llamado de unidad entre trabajadores, estudiantes y profesores en función de seguir adelante, cerrar nuestras puertas bajo cualquier circunstancia produce un gran daño a nuestra institución,  miremos hacia el futuro  como nos lo exige nuestra ilustre universidad que se prepara para celebrar trescientos años de historia.