El nuncio Apostólico, Mons. Novatus Rugambwa, visitó el domingo la cárcel el Pozo II y otros centros penitenciarios para conocer las condiciones en que viven los internos y apoyarles por medio de la Pastoral Penitenciaria
“Todos somos hijos de Dios y ustedes no están solos, nosotros oramos por ustedes siempre, ahora se encuentran aquí, encerrados, pero pueden ser libres por la palabra de Dios”, les dijo el representante del Vaticano a los privados de libertad de “El Pozo II”, Moroceli, El Paraíso.
Originario de Tanzania, el representante diplomático de la Santa Sede, visitó a los internos de “El Pozo II”, acompañado por miembros de la Pastoral Penitenciaria. Con los presos realizó una jornada de oración transmitiéndoles un mensaje de fe, esperanza y optimismo.
Una palabra de aliento
El diplomático vaticano comenzó su visita en el módulo de mínima seguridad en donde los internos agradecieron su presencia y atentos escucharon las palabras de aliento que los incitó a involucrarse en los programas de rehabilitación y a las jornadas espirituales que realizan los representantes de las iglesias.
“Agradezco mucho este momento que nos brindan para poder visitarlos”, fueron las palabras de Novatus al ingresar por separado a los módulos de la mara MS-13 y la Pandilla 18, en donde les pidió mantenerse en comunicación con Dios por medio de las oraciones, “nosotros también oramos por ustedes”.
Con la atención de todos los integrantes de estas asociaciones ilícitas, el nuncio pidió inclinar su rostro y “hacer la oración del Padre Nuestro”. Luego uno de los reos pidió permiso para realizar una oración.
Privados de libertad
El prelado, agradeció la oportunidad de poder visitar “esta realidad de nuestra sociedad, en primer lugar aquí, dijo, hay lo que nosotros llamamos privados de libertad, son personas humanas por eso la sociedad, el gobierno y toda la nación da importancia a su vida y sobre todo a las posibilidades de ser recuperadas o rehabilitar”.
Reconoció, que el mensaje espiritual es muy importante en sus vidas y nosotros podemos jugar un buen papel en cuanto a iglesia. La iglesia quiere estar siempre cerca de los privados de libertad para conocer y ayudar en este proceso de rehabilitación. El prelado consideró que la visita a los prisioneros fue muy productiva, porque tuvo la oportunidad de escucharlos y conocer sus inquietudes, pudo constatar que por medio de la oración se liberan de su actual situación y mantienen la esperanza de regresar con sus familias como personas transformadas y rehabilitadas.
El nuncio apostólico aprovechó el momento para visitar los centros penitenciarios de Puerto Lempira en la Mosquitia, departamento de Gracias a Dios; el de Trujillo, Colón y la Penitenciaria Nacional de Támara en Francisco Morazán. Respecto a “El Pozo II”, indicó que el centro cuenta con “una sistematización que es bien adecuada a este proceso de rehabilitación, ojala que la gente que se encuentran aquí aprovechen para ser recuperadas y rehabilitadas”.
Vatican News